El calendario gregoriano definió la forma en la que vivimos actualmente y en el siglo XVI provocó la desparición de díez días en Europa
El pasar del tiempo ya es algo intuitivo. Pensar que el día de mañana el calendario marcará el otro distinto al que estamos viviendo podría parecer increíblemente obvio; sin embargo, durante el siglo XVI, algunos habitantes de países como España, Austria, Portugal, Polonia, Italia y Alemania despertaron un 15 de octubre después de haberse acostado el día cuatro, gracias al calendario gregoriano.
Los calendarios suelen ser ligeramente imprecisos. Por ejemplo, de acuerdo con Britannica el calendario juliano solía tener una desviación aproximada de un día cada 314 años. Este era el calendario más común en la Europa cristiana hasta que el calendario gregoriano, algo más preciso, llegó a sustituirlo.
«Uno de los problemas más urgentes causados por el error fue la creciente dificultad para calcular la fecha de la Pascua. El Concilio de Nicea en el año 325 había decretado que debería caer en el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera…», señala Britannica.
Entre 1562 y 1563 el Concilio de Trento aprobó que el papa Gregorio XIII buscara una alternativa al calendario juliano. Con la intención de resolver las problemáticas fechas de este, convocó al científico Luigi Lilio y al astrónomo jesuita Cristóbal Clavio. Juntos trabajaron en el diseño del calendario gregoriano, mismo que usamos actualmente -en general- en todo el mundo.
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La implementación progresiva del calendario gregoriano
El ajuste calendario que provocó el diseño del papa Gregorio XIII supuso la eliminacióm de 10 días. La idea era llevar el equinoccio de primavera del 11 de marzo 21 de marzo y se eligió cambiar el calendario en octubre para no interferir con alguna festividad cristiana importante. En 1582 se promulgó la reforma que definía al diseño de Gregorio, Lilio y Clavio como el calendario oficial.
El hecho de que el calendario gregoriano fuera una implementación cristiana trajo una serie de problemas. Algunos países y comunidades protestantes o paganas se negaron a utilizar el nuevo sistema calendario. Eventualmente, muchos de ellos terminarían cediendo ante la invención del papa y por ejemplo, Francia hizo la transición al nuevo calendario apenas dos meses después.
«Las regiones protestantes de Alemania y los Países Bajos cambiaron en el siglo XVII. Gran Bretaña y los territorios del Imperio Británico siguieron el ejemplo en 1752, extendiendo el calendario gregoriano por todo el mundo», añade Britannica.
Finalmente, el calendario gregoriano ha definido parte importante de cómo vivimos actualmente. Aunque no sea completamente preciso, parece haber convencido al mundo entero. Hoy por hoy nuestros años, meses, semanas y días están profundamente marcados por los errores que suponían los otros calendarios y consecuentemente, por los avances del papa Gregorio XIII.
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