La estatua decapitada, realizada sobre piedra caliza en tamaño real, parece ser un antiguo prisionero de guerra. Podría ser parte de una ofrenda, asegura INAH.
El guerrero fue encontrado sin cabeza. Un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontró sus restos por debajo de la tierra en el sitio de Oxkintok, una ciudad maya que persistió hasta el siglo XVI en Yucatán. La estatua decapitada mide, al menos, 1.68 metros de alto, por lo que podría ser una representación tamaño natural para alguna ofrenda antigua.
Como parte de la Ruta Phuc, es posible que esta figura hubiera sido parte de la estructura de un ritual mortuorio, explican los investigadores en un comunicado. Así como otros bienes inmuebles, piezas de cerámica y restos de deidades poderosas, el guerrero decapitado se encontró en el Tramo 7 del Tren Maya: el megaproyecto impulsado por el Gobierno de México para incentivar el turismo en el sureste del país.
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En la ciudad de los ‘Soles de Pedernal’
Este año ha estado colmado de hallazgos arqueológicos en el sureste de México. Como consecuencia de las obras de construcción de las diferentes rutas del tren, el INAH ha intervenido para el salvamento y manutención de los bienes inmuebles que se han encontrado en el camino. Hasta ahora, se suman más de 31 mil templos, piezas de cerámica y otros restos de la civilización maya, documenta la Secretaría de Cultura.
En octubre de este año, por ejemplo, arqueólogos del INAH revelaron el hallazgo de una estela dual maya sagrada. Poco más de un mes más tarde, se reveló el hallazgo de esta estatua decapitada en tamaño real. Lo que llama la atención del equipo de investigadores es que, posiblemente, se utilizó en un contexto funerario de Oxkintok, “la ciudad de los tres soles de pedernal”, según se ha traducido del maya antiguo.
Por las dimensiones y disposición de la estatua, esculpida por completo en piedra caliza, lo más probable es que la figura represente a un guerrero que cayó en manos de los reyes de Oxkintok. Además, seguramente fue decapitada a propósito, para representar el castigo ejemplar que se le imponía a los rebeldes.
Diego Prieto Hernández, director del INAH, explicó en una conferencia que este tipo de hallazgos arrojan luz sobre el día a día de la civilización maya en Yucatán: “[Ésta es] información de vital interés para entender la vida cotidiana y las estrategias de subsistencia de la antigua sociedad maya”, concluye el especialista.
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