La irrupción de un nuevo imperio en India
Alejandro Magno fue uno de los conquistadores más feroces y victoriosos de la historia. Cuando murió en el 323 a.C. dejó detrás un enorme legado y una inimaginable extensión de tierras que estaban en su poder. Su muerte marcó no solo el devenir histórico a corto plazo, sino el inicio en la dominancia de otras instituciones ajenas a él. Entre ellas, el Imperio Maurya, establecido en la antigua India.
De acuerdo con Britannica, la dinastía Maurya inició apenas dos años antes de la muerte de Alejandro (321 a.C.) y duró hasta el 185 a.C. Su fundador, Chandragupta Maurya, conquistó después de la muerte del emperador macedonio la región de Punjab. Esta estaba ubicada en los límites al sureste de las tierras que Alejandro Magno reinaba.
«Disfrutando de la paz a lo largo de la frontera occidental, Chandragupta pudo dirigir sus esfuerzos militares hacia el este y el sur. Al final de su reinado, extendió su imperio por el norte de la India», señala Britannica.
Aunque el Imperio Maurya ya dominaba la India, el hijo de Chandragupta, Bindusara, siguió expandiendo su territorio. De forma relativamente rápida los Maurya lograron posicionar a su imperio entre las potencias políticas y militares más importantes del momento, recuperando parte del legado de Alejandro Magno.
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La relevancia histórica del Imperio Maurya
La certeza histórica sobre la dinastía Maurya no es tan precisa como la de otros imperios. Por ejemplo, no está del todo claro si Ashoka (hijo de Bindusara) reinó entre 265 y el 238 a.C. o entre el 273 y el 232 a.C. Sin embargo, independientemente al periodo correcto, dicho gobernante conquistó Kalinga. Poco después renunció a la conquista militar e instauró el budismo como ideología principal del imperio.
Ashoka es probablemente el emperador de los Maurya con más registros, pues dejó un increíble legado cultural tallado en pilares de piedra extendidos por todo su reino. Cambió por completo el carácter territorialmente ambicioso de sus antepasados y dedicó sus esfuerzos a ejecutar una conquista ideológica y aumentar el acervo artístico del imperio con obras de la antigua India.
«Tras la muerte de Ashoka, el imperio se redujo debido a invasiones, deserciones de príncipes del sur y disputas sobre la sucesión», menciona Britannica.
Cuando murió Ashoka el imperio se redujo significativamente, pues sufrió invasiones y disputas sobre la herencia. El imperio empezó a pasar un poco desapercibido y tras varios gobernantes más llegó Brihadratha, el último de ellos. Después de 6 años liderando la dinastía, fue asesinado por su comandante en jefe Púsiamitra, mismo que fundó la dinastía Shunga, el nuevo Imperio que reinó la India durante un siglo más.
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