En un estado pintoresco del corazón de México, donde la historia se entrelaza con la pasión por la cocina, nació una de las joyas culinarias más emblemáticas del país: los chiles en nogada. Este exquisito platillo ha cautivado paladares durante siglos y es una verdadera obra maestra de la gastronomía poblana.
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Su origen se remonta a los días tumultuosos de la independencia mexicana en el siglo XIX, cuando el país luchaba por su libertad. La historia cuenta que estos chiles rellenos fueron creados por primera vez en 1821, un año trascendental para la nación mexicana.
La leyenda cuenta que las monjas agustinas del Convento de Santa Mónica cocinaron los chiles en nogada en honor al Ejército Trigarante y al líder insurgente Agustín de Iturbide, quien había regresado a Puebla triunfante en ese año. La ocasión coincidió con la festividad de Santa Mónica, lo que hizo que el plato fuera aún más especial. Desde entonces, este platillo ha estado asociado a la celebración de independencia del país.
Otra versión señala que la receta de los chiles bañados en salsa de nuez existía desde 1714. La noche en la que fueron preparados en honor a Iturbide, quien se convirtió en emperador, únicamente surgió la decoración con los colores patrios que se conserva hasta ahora.
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Los chiles en nogada consisten en chiles poblanos rellenos de picadillo, una mezcla de carne de res y cerdo, sazonada con pasas, almendras, frutas como pera y manzana, especias y condimentos. Pero lo que les otorga su carácter distintivo es la nogada, una salsa cremosa a base de nuez de Castilla, que aporta un toque de exquisitez a la mezcla de sabores.
Por último, se espolvorean con granos de granada, creando un contraste de sabores y texturas que deleitan los sentidos, y unas ramitas de cilantro. Actualmente existe un debate sobre si los chiles van capeados o no.
La temporada en la que se preparan los chiles en nogada es crucial para su autenticidad y sabor. Este plato se disfruta tradicionalmente en los meses de agosto y septiembre, coincidiendo con la temporada de chiles en Puebla, la cosecha de la nuez y la madurez de las granadas. La frescura de los ingredientes es esencial para resaltar los sabores y colores característicos de este manjar.
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Los colores de los ingredientes, el verde del chile y el cilantro, el blanco de la nogada y el rojo de los granos de granada, coinciden con los colores de la bandera nacional y han sido interpretados como un símbolo de la esperanza, la pureza y la pasión que envolvieron la lucha por la independencia.
Para muchos mexicanos, los chiles en nogada son mucho más que un simple platillo; son un homenaje a la historia y la cultura de México, un símbolo de la independencia y un verdadero regalo para los sentidos.
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