La arquitectura maya tiene codificada la cosmovisión de su cultura en los muros de sus palacios. Aquí te lo explicamos.
La cultura maya es conocida alrededor del mundo por su arquitectura. Las grandes pirámides y complejas construcciones, poseen un estilo particular. Chichén Itzá, Uxmal y Tikal son algunas de las ciudades más visitadas de esta civilización que se estableció al sur de Mesoamérica.
La cultura maya ha sido estudiada desde distintos ángulos a lo largo del último siglo. La arquitectura, la arqueoastronomía, la antropología y la historia han sido disciplinas indispensables para poder conocer cada vez más a las personas responsables de algunos de los sitios arqueológicos más importantes del mundo. Entre ellas, la arquitectura ha logrado identificar y descifrar algunos de los elementos más importantes presentes en las construcciones mayas.
Mascarones de Chaac
Chaac es una deidad maya que estuvo asociada con la lluvia, el trueno, el relámpago y el agua en general. Se le invocaba para obtener buenas cosechas y fertilidad en los campos. Es representado como “un viejo enano con cara de niño”, cuya nariz en forma de gancho resalta en los edificios. Esta deidad también se ha encontrado en formas fuera de alguna construcción, como ollas y braseros.
Los mascarones de Chaac presentes en muchos templos mayas son el elemento decorativo es el más característico de la arquitectura Puuc. Sin embargo, también podemos encontrarlo en edificios prehispánicos fuera de la zona maya.
Arco falso
El arco falso o ‘arco maya’ es muy representativo de las construcciones de estilo Puuc. Se utilizaba para marcar accesos importantes en los recintos. Este elemento arquitectónico fue de gran interés para los primeros exploradores en la zona. El explorador inglés Frederick Catherwood reprodujo el arco de Labná en una de las litografías para ilustrar el libro Incidents of Travel in Yucatan, uno de los primeros testimonios de exploración en la península.
La también llamada ‘bóveda maya’, se construye a partir del acomodo de piezas prefabricadas que se colocan una sobre otra, deslizándose ligeramente hacia la parte interna del edificio conforme se prolonga su altura. La ‘losa tapa’ cierra la bóveda y marca el ‘cielo’ del espacio interior.
Observatorios
La arquitectura maya también se caracteriza por contar con construcciones redondas y ovaladas. En la mayoría de los casos, las torres redondas fueron edificadas como observatorios o santuarios. Uno de los más conocidos es el sitio de El Caracol, ubicado en Chichén Itzá. Es indiscutible su pertenencia al estilo Puuc, pues mascarones de Chaac adornan la fachada del recinto.
Por otro lado, las estructuras ovaladas fueron usadas como templos. Tal es el caso de la Pirámide del Adivino en el sitio arqueológico de Uxmal, cuya forma ovalada asemeja a la forma de gran parte de las viviendas construidas en la zona. Varas de madera de recubierto con embarro (mezcla de tierra roja, zacate y agua) y techadas con hojas de palma son los elementos que las conforman.
La particular forma de la xa’anil naj (nombre maya para esta casa) se debe a que ésta permite a los vientos huracanados rodear la casa sin tener un choque, conveniente para una zona donde estos fenómenos naturales son muy frecuentes.
Algunos otros elementos
Un elemento que está presente en gran parte de las construcciones mesoamericanas, sin exceptuar las mayas, son las grecas escalonadas. Este patrón está tallado en las fachadas, piezas de cerámica e incluso está presente en el arte textil de algunas comunidades.
El significado de esta figura sigue en discusión, pues mientras algunos especialistas apuestan por que es una representación mitológica. Otros hablan de que es más bien una imitación pictórica de su entorno natural tomando como modelo serpientes y huracanes.
La celosía es una característica presente no sólo en la arquitectura Puuc, sino extendida a lo largo de Mesoamérica. Esta técnica plástica consiste en entrelazar bandas rectas de piedra que forman un mosaico de piedra en relieve. Se volvió tan popular que inspiró al artista Manuel Felguérez para diseñar la celosía que decora los ventanales del Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México.
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