Vista aérea del centro de la Ciudad de México, donde están presentes una reconstrucción del recinto sagrado de Templo Mayor (izquierda) y una fotografía del Zócalo capitalino (derecha) / Reconstrucción: Thomas Kole, fotografía: Andres Semo
Con una precisión milimétrica, Thomas Kole reconstruye con pixeles la parte de la Ciudad de México que alguna vez fue parte de uno de los dominios más poderosos de Mesoamérica: el imperio mexica. Aunque Kole nunca ha visitado México, su curiosidad por las culturas que construían grandes ciudades del otro lado del océano lo llevó a recrear Tenochtitlan en 3D.
En una entrevista exclusiva con National Geographic en Español, el artista cuenta que el proyecto empezó por curiosidad. Dice que para él, el continente americano era prácticamente un misterio y cuenta que le cautivó descubrir que en el corazón de la metrópoli mexicana yacían las ruinas de otra ciudad: Tenochtitlan; y su ciudad hermana: Tlatelolco.
«Yo soy europeo y el tema de la América precolombina no se toca en clase, si a caso se le dan 5 minutos,» confiesa el artista. «Para mí, es una de las materias de estudio más fascinantes.»
Al final del sitio agradece a las 15 personas que le dieron las respuestas necesarias para poder retratar un lugar que el día de hoy es inexistente. Además, de acuerdo con Kole, una pieza fundamental del proyecto son el fotógrafo, Andrés Semo, y el traductor, Rodrigo Ortega.
«Estoy muy contento de que decidieran participar y ayudar al proyecto de esta forma,» nos cuenta.
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El sitio que contiene las reconstrucciones abre detallando cómo era este lado del mundo en 1518. El texto introductorio te lleva de la mano por los canales y mercados reconstruidos digitalmente y, si te dejas llevar, un olor a chile tatemado inundará tu nariz.
«El mundo era muy diferente hace 500 años. Conforme avanzas, trata de imaginar el aroma del aire salado y el chile ahumado. Escucha el sonido de la lengua náhuatl y de las canoas en los canales; percibe el canto de las aves desde los árboles, siente el calor del sol sobre tu piel,» precisa la página.
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Las descripciones, que están disponibles en inglés, español y náhuatl del centro, continúan retratando la ciudad que vivía hace 500 años y después llegamos a la parte en la que muchos habitantes del centro de México quedan asombrados: el pasado presente de Tenochtitlán donde pueden comparar la antigua ciudad con la actual.
Thomas no esperaba que el proyecto tuviera el impacto que tiene hoy. Sabía que a los académicos que consultó les emocionaban las imágenes que les mostraba, sin embargo no tenía idea de cómo iba a reaccionar el público en general.
«La Ciudad de México se levantó sobre las ruinas de Tenochtitlan. Las piedras de los templos derribados fueron reutilizadas tras la conquista española. El lago fue desecado, los canales se convirtieron en calles. De la metrópoli original no queda casi nada,» se lee en el sitio de Kole.
Para el artista, los modelos digitales surgieron de una duda genuina. Cuando leyó por primera vez a profundidad sobre el antiguo imperio mesoamericano se preguntó a sí mismo «¿Cómo se veía ese lugar hace 500 años?» . De esa pregunta partió todo el proyecto.
Durante aproximadamente año y medio, Thomas envió correos con sus dudas, realizó largas videollamadas con especialistas y leyó todo cuanto cayó a sus manos sobre esta ciudad prehispánica. Con el objetivo de una reconstrucción precisa, se basó en mapas, planos, fotos, referencias arqueológicas y textos que datan del S.XVI. Las calzadas y acueductos que hoy en día conectan la capital de México, tienen un origen remoto y muchas se empalman perfectamente con lo que antes era canales de agua.
Al final de la página, imágenes de Tenochtitlan en pleno Fuego Nuevo despiden el proyecto representando una de las ceremonias más importantes de los antiguos mexicas.
«Para conmemorar el fin de un ciclo de 52 años, todas las hogueras de la Cuenca se apagan y se reavivan a partir de una misma fuente. A esta ceremonia se le conoce como Fuego Nuevo. Las solemnidades de esa fiesta llevadas a cabo en 1507 serían las últimas celebradas en tiempos antiguos,» explica la imagen.
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