El descubrimiento de 12 cuerpos en un sitio arqueológico español sugiere que la peste negra no se originó en la Edad Media, sino milenios antes.
El hallazgo se realizó en la región de Álava, al norte de España. Los restos de un ser humano prehistórico se encontraron enterrados con honores, como si hubiera ostentado un cargo político de cierta importancia. Hace 3 mil años, aquel hombre fue enterrado en una cámara funeraria junto con sus familiares.
La construcción fue datada del neolítico, por las características de ‘dolmen’ que tiene. Al interior de la estructura —conformada principalmente por losas grandes de piedra—, se encontraron cuchillos, flechas y hachas de metal junto con otros 12 cuerpos. Podría ser que todos ellos hubieran sido víctimas de la peste negra, y que el origen de la enfermedad no hubiera estado en la Edad Media realmente.
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Miles de años antes de la catástrofe
Algunos historiadores piensan que la epidemia de peste negra que tuvo origen en Europa ha sido una de las más devastadoras para la humanidad. Por su propagación vertiginosa, escribe el historiador Antoni Virgili para National Geographic Historia, «en pocos años sembró la muerte y la destrucción por todo el continente».
Históricamente, 1348 es el año de inicio que se designó para este periodo de catástrofe sanitaria en Europa. Sin embargo, el hallazgo reciente de estos restos en España sugiere que la catástrofe se anunció milenios antes de que estallara la epidemia. Específicamente, después del análisis genético que se hizo sobre uno de los dientes del hombre enterrado en El Soltillo, España.
Según los científicos que condujeron el estudio, publicado en PNAS, la variante de peste bubónica que se generó en ese entonces ya era lo suficientemente contagiosa como para infectar a pulgas y otros parásitos. El precursor de la catástrofe, sin embargo, no fue la peste negra en sí misma, sino una bacteria:
«Yersinia pestis forma una especie de bola en la boca del estómago de este insecto», explica El País, «que se alimenta de sangre de animales y humanos. Ese tapón bacteriano hace que la pulga vomite la sangre, que ya es infecciosa para cualquier otro organismo que la toque».
Fue así como la bacteria ayudó a la peste bubónica a dispersarse por todo el continente, y agarrar fuerza biológica mientras lo hacía. Por ello, además, se hizo tan contagiosa incluso milenios antes de que tomara el vigor que azotó Europa en la Edad Media.
Centenares de pacientes prehistóricos
Los restos encontrados en el yacimiento arqueológico de España no son los únicos que sustentan esta teoría. Por el contrario, centenares de pacientes prehistóricos distribuidos entre la Península y Rusia tienen rastros de la misma enfermedad en su información genética.
Para el estudio, se tomó en cuenta un total de 285 cadáveres que fallecieron por peste negra, milenios antes del origen ‘oficial’ de la enfermedad en Europa. Lo que es más: los científicos españoles detectaron una variante más, que no tenía la misma virulencia que mató a millones de personas durante la Edad Media.
“Esta otra peste es un misterio”, reconoce Carles Lalueza-Fox en el estudio, genetista del CSIC y coautor del estudio. Hasta ahora, no se tiene información sobre el origen de esta variante de peste negra, cuál era su índice de mortalidad, ni qué tan contagiosa era. A pesar de ello, se asume que fue exitosa a nivel evolutivo, ya que se adaptó para generar una de las epidemias más mortíferas en la historia de Occidente.
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