Una investigación con láseres reveló un antiguo circo romano en lo que alguna vez fue la ciudad de Iruña Veleia, el norte de España.
Los trazos de la antigua ciudad romana de Iruña Veleia fueron revelados por una investigación con láseres. Entre estos hallazgos destacan los restos de un circo romano que albergaba carreras de carros tirados por caballos, así como caminos, edificios y barrios. Este yacimiento arqueológico se encuentra en Álava, en el norte de España.
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Un antiguo circo romano en el norte de España
El yacimiento arqueológico de Álava, en el País Vasco, fue cartografiado con tecnología láser LiDAR, fotografías aéreas e imágenes obtenidas durante vuelos con drones. Bajo el suelo de una superficie de 251 hectáreas, los investigadores encontraron cientos de evidencias que demuestran la existencia de edificaciones e infraestructuras romanas que la ciencia arqueológica aún no había revelado.
«Quedan claramente definidas calles, espacios públicos, barrios habitacionales, edificios que supuestamente estaban destinados al culto colectivo e infraestructuras relacionadas con el abastecimiento de agua o el saneamiento urbano», destacó la empresa Arkikus, encargada del análisis. «Todo esto demuestra la importancia que tuvo esta ciudad en el pasado, no sólo como parada obligatoria (…), sino también como centro urbano que vertebraba el actual territorio vasco”.
En las edificaciones de la antigua ciudad destaca una impresionante arena de 280 metros de largo y 72 metros de ancho. Según las imágenes, parece un circo romano, un sitio de espectáculos donde se llevaban a cabo carreras de carros tirados por caballos. Según las primeras estimaciones, el lugar pudo haber albergado a unos 5,000 espectadores.
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La gloria de los circos romanos en la antigüedad
Este sería el tercero de los circos romanos conocidos en el norte de la Península Ibérica, después de los importantes circos de Tarraco, que fue la capital provincial de la Hispania citerior (actual Tarragona), y Calagurris, que es la actual Calahorra. Además, este circo es el único que mantiene su trazado original.
Los circos romanos fueron grandes estructuras destinadas a espectáculos públicos. Estos podían albergar miles de espectadores, ofrecían carreras de carros, luchas de gladiadores y eventos deportivos. Las arenas, como el famoso Circus Maximus, se construyeron en el siglo VI a.C. y se convirtieron en centros de entretenimiento y cultura. Además, estos espectáculos no solo entretenían, sino que también servían para mostrar el poder y la grandeza de Roma ante sus ciudadanos.
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