Una serie de entierros prehispánicos sugieren casos de anemia y desnutrición infantil en niños indígenas tras la conquista de Tenochtitlan.
Los mexicas no creyeron que los imperio era inminente.
La violencia y las hostilidades no terminaron cuando la toma de Tenochtitlan llegó a su fin. Por el contrario, según revelan una serie de entierros encontrados en el Centro Histórico de la actual Ciudad de México, parece que los españoles causaron desnutrición infantil a la población indígena tras la conquista de la capital. Bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esto fue lo que encontraron.
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Expulsados de su propia capital imperial
El barrio de La Lagunilla, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, tradicionalmente es un espacio de vendimia de antigüedades. Parece ser que, más allá de candelabros y muebles de segunda mano, debajo de las calles que abarca el mercado capitalino también hay entierros mexicas.
Según una publicación de arqueólogos de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, una unidad habitacional mexica datada de «los primeros años de la colonia hispana» se encontró debajo de La Lagunilla. Específicamente, en un predio ubicado sobre la calle de Argentina 95, donde encontraron inhumaciones de niños y ofrendas mortuorias, datada de los albores del Virreinato.
«[…] una de las primeras acciones tomadas por los españoles fue crear una nueva traza sobre las ruinas de Tenochtitlan, mediante la cual expulsaron a los indígenas hacia la periferia,» explica el INAH en un comunicado.
En el asentamiento, además, se encontró «una interesante figurilla que representa a una mujer sosteniendo a otra menor«, según reportaron los arqueólogos. De acuerdo con Juan Carlos Campos Varela, científico líder de la investigación, estos entierros son evidencia de que los mexicas fueron expulsados de su propia ciudad.
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Precariedades alimentarias en las periferias
Bajo la presión de los invasores peninsulares, tuvieron que reubicarse hacia al barrio de Cotolco, en las periferias de la ciudad. Según el especialista, esta zona «perteneció a la parcialidad de Atzacoalco, una de las cuatro grandes divisiones territoriales de México-Tenochtitlan». Ahí, según el equipo de investigación, las condiciones de vida fueron más bien precarias.
En total, los investigadores del INAH encontraron 4 entierros infantiles. El equipo piensa que fueron realizados entre los años 1521 y 1620, tras la conquista del Nuevo Mundo. Aún así, las inhumaciones fueron realizadas a la usanza tradicional mexica.
A partir de los huesos encontrados, los arqueólogos piensan que los niños padecieron de desnutrición infantil tras la conquista de Tenochtitlan. Específicamente, por la presencia de criba orbitalia en los cráneos encontrados. A partir de estas evidencias, los investigadores aseguran que los niños fallecieron a los 8 años a causa de anemia.
El cadáver más pequeño pertenece a un nonato, producto de un aborto espontáneo «por alguna deficiencia alimentaria o estrés materno«, explican los autores. En torno a los entierros, se encontraron vasijas ceremoniales y otros elementos, que sugieren que se realizaron ceremonias mortuorias. Para preservar esta herencia prehispánica, los artículos serán sometidos a procesos de conservación a partir de ahora.
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