Los homínidos ya cocinaban en el auge del Paleolítico, según revelan los restos de una fogata y huesos de pescado. Esto es lo que sabemos.
Sucedió en las cercanías del actual Mar Muerto. Hace casi 800 mil años, una familia se reunió frente a una fogata para compartir la cena. Los restos de esta pira doméstica, junto con restos de pescados, se encontraron recientemente en Israel. Podría ser la evidencia más antigua de que los homínidos ya cocinaban, según un equipo de arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
La teoría no es nueva. Por el contrario, el primatólogo británico Richard W. Wrangham ya había sugerido la posibilidad de que los seres humanos antiguos hubieran logrado sobrevivir gracias a la cocción de alimentos. El especialista sugiere que, sin esta habilidad, las especies de homínidos en el Paleolítico no hubieran subsistido ni evolucionado.
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Sentarse en torno al fuego doméstico
Wrangham argumenta que el hecho de que los homínidos cocinaran propulsó un cambio evolutivo. No sólo amplió el menú de los humanos antiguos, sino que les ayudó a nutrirse con alimentos más aptos para sus cuerpos. Además, les ayudó a que —después de miles de años de práctica— su cerebro creciera más que el de otras especies, documenta Science Alert.
El hallazgo de la fogata doméstica en el sitio de Gesher Benot Ya’aqov, en la parte superior del río Jordán en Israel, arroja luz sobre este desarrollo. Especialmente, según los investigadores, por los restos de carpas antiguas que fueron cuidadosamente calentadas hace 780 mil años.
Aunque los restos de piras controladas por humanos datan de hace 1.5 millones de años, ésta es la evidencia más antigua de que los homínidos ya cocinaban.
“No sabemos exactamente cómo se cocinaron los pescados pero dada la falta de evidencia de exposición a altas temperaturas, es claro que no fueron cocinados directamente en el fuego, y no fueron arrojados al fuego como desecho o como material para quemar,» explica el arqueólogo Jens Najorka, del Museo de Historia Natural de Londres, en un comunicado.
Parece ser que las carpas que se pescaron en aquel pasado remoto nadaban en un lago hoy extinto. Es probable que las poblaciones humanas cerca del Mar Muerto obtuvieran sus alimentos de ahí, para después prepararlos al fuego a la hora de cenar.
«Incluso es posible que la cocina no se limitara al pescado», explica la arqueóloga Naama Goren-Inbar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, «sino que también incluyera varios tipos de animales y plantas». Esto revela una serie de habilidades adaptativas que los homínidos adquirieron como consecuencia de dominar el fuego, concluye la especialista.
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