El cambio en un único aminoácido propulsó la creación de más neuronas en el cerebro humano, y nos diferenció para siempre de los neandertales.
A diferencia de otros primates, los seres humanos contamos con un promedio de 100 mil millones de neuronas en el cerebro. Esta cifra marca una distancia cognitiva e intelectual con otras especies de homínidos, y lo ha hecho así por milenios. Desde que nos diferenciamos de los neandertales, la proliferación de células cerebrales nos ha permitido una adaptación exitosa al entorno.
Parece ser, de acuerdo con un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Biología Molecular Celular y Genética, que este cambio se dio gracias a un único aminoácido. La proteína TKTL1 nos dio una ventaja decisiva con respecto a otros homínidos, explica su estudio. Esta molécula que nos permitió generar muchas más neuronas de las que tenían los neandertales.
Te sugerimos: Desentierran los restos del primer niño sometido a una cirugía en la historia, de hace 31,000 años
Construyendo la parte ‘más humana’ de nuestro cerebro
Los investigadores están convencidos de que el cerebro humano actual no dista mucho de cómo se veía el de los neandertales en el pasado. El tamaño, detallan para Science, es prácticamente el mismo. La diferencia real radica en la cantidad de neuronas que cada especie pudo desarrollar.
De acuerdo con el estudio, la producción de la proteína transcetolasa 1 (TKTL1) generó un cambio en la producción de guía radial basal. Este es el material básico de la neocórtex, conocida por ser la estructura ‘más humana’ de nuestro cerebro. Aquí radica la capacidad de lenguaje, creatividad e imaginación, que nos separa de otras especies:
«Los humanos modernos se diferencian de los simios y los neandertales por este único cambio de aminoácido», explican los autores en el artículo. «Cuando se colocó en organoides o se sobreexpresó en cerebros no humanos, la variante humana de TKTL1 generó más neuroprogenitores que la variante arcaica.»
De esta manera, el neocórtex con el que contamos los seres humanos contemporáneos esta mucho más desarrollado que el de los neandertales. Sobre todo, porque había más material para construirlos: la TKTL1 permitió que los ‘ladrillos’ se ensamblaran con más solidez en nuestra especie.
Los autores reconocen que se conoce poco sobre cómo funcionaba el cerebro de los neandertales. En la actualidad, los restos fósiles disponibles no permiten conocer las diferencias en estructura y funciones del sistema nervioso de otros homínidos. Por ello, a ciertos científicos les parece aventurado atribuir este desarrollo cognitivo tan complejo a un único aminoácido.
Sigue leyendo:
Los primeros homínidos en controlar el fuego no fueron los Homo sapiens, sugiere un estudio
El descubrimiento de un diente humano que los Homo sapiens no provocaron la extinción neandertal