Los gladiadores, el vomitorium y las estatuas de la antigua Roma son algunos de los temas envueltos en mitos y malentendidos históricos.
La antigua Roma, cuna de una de las civilizaciones más influyentes, ha sido moldeada no solo por sus hechos históricos, sino también por los mitos que la rodean. Estos relatos, transmitidos a lo largo de los siglos, han distorsionado aspectos clave de su cultura, política y del imperio que albergó. Además, muchas de las ideas que damos por ciertas nacen de interpretaciones erróneas o propaganda de épocas posteriores.
Te sugerimos: Qué animales llegaron hasta el Coliseo Romano
Los mitos de las estatuas en la antigua Roma
La antigua Roma no concebía sus majestuosas estatuas como simples figuras blancas de mármol. En realidad, el mundo romano estaba lleno de colores vivos, y sus esculturas no eran la excepción, en ellas los artistas plasmaban tonos de piel y detalles faciales muy cuidados. Sin embargo, con el paso del tiempo, el color se desvaneció, dejando las figuras blanquísimas como las conocemos hasta ahora.
El aspecto blanco y liso de las estatuas romanas es más una casualidad y consecuencia del paso del tiempo, no una decisión artística de la época.
El vomitorium y los banquetes romanos
El vomitorium romano no era un lugar para vomitar después de comer hasta la saciedad en los grandes banquetes, como muchos creen. En realidad, eran pasillos o salidas diseñados para facilitar el flujo de personas en teatros y anfiteatros. Su nombre proviene del verbo latino vomere, que significa “expulsar”, refiriéndose a cómo las multitudes entraban o salían rápidamente.
Estas estructuras, más allá de los mitos a su alrededor, reflejaban la avanzada ingeniería de la antigua Roma, que dejó como legado grandes espacios públicos.
Los gladiadores luchaban hasta morir
Mucho de lo que sabemos sobre los gladiadores romanos está influenciado por las películas y épicas históricas dedicadas a engrandecer el papel de estos hombres. La realidad es que no todos los combates entre gladiadores terminaban en muerte como creíamos hasta ahora.
Según el historiador Garrett Ryan, en su libro Naked Statues, Fat Gladiators, and War Elephants, solo una quinta parte de los enfrentamientos resultaba mortal para los combatientes. Esto se debía a razones prácticas: los gladiadores eran una inversión valiosa. Sus muertes implicaban una pérdida económica para el encargado de mantener y entrenar a los luchadores.
También puedes leer: Gladiadores: La verdad sobre los combatientes de la antigua Roma
El Imperio Romano cayó en el siglo V
La caída del Imperio Romano en el siglo V, marcada por la deposición de Rómulo Augústulo por Odoacro, no significó el fin definitivo de la antigua Roma ni del mismo imperio. En realidad, el Imperio Romano se había dividido en 330 d. C. en dos partes: el Imperio Occidental, con sede en Roma, y el Oriental, en Constantinopla. Aunque el Occidente colapsó en 476, el Oriente continuó como el Imperio Bizantino durante mil años.
Según Edward J. Watts en The Eternal Decline and Fall of Rome, los italianos no percibieron cambios drásticos tras la llegada de Odoacro, pues las características tradicionales de la vida romana siguieron intactas en muchos aspectos.
Los mártires cristianos del Coliseo Romano
La creencia de que los primeros mártires cristianos fueron masacrados en el Coliseo Romano fue ampliamente alimentada, pero la realidad es que carece de evidencia histórica. En el siglo V surgieron relatos que vinculaban este lugar con los martirios, estos mitos aparecieron cuando el cristianismo ya era la religión oficial en la antigua Roma. Más tarde, en el siglo XVI, la Iglesia católica declaró el Coliseo como un sitio sagrado para reconocer las brutales torturas a los antiguos cristianos.
Si bien no hay evidencia del Coliseo como centro de estos actos. Se conoce que ejecuciones religiosas ocurrieron en otros lugares, como el Circo Máximo y las provincias romanas.
Sigue leyendo:
Por qué tantas estatuas romanas perdieron la cabeza
Encuentran rastros de comida que dejó un espectador en el Coliseo Romano hace 1,900 años
La ciencia detrás del concreto romano: el secreto de que sus construcciones sean indestructibles
Por qué tantas estatuas romanas perdieron la cabeza