La pirámide principal de Nojpetén se habría visto muy similar al Castillo de Mayapán. | Crédito: Wikimedia Commons
Hacia el final del Periodo Clásico, las grandes ciudades de la civilización maya empezaron a tener severos problemas políticos. Los ‘itzá’ —como se les conocía a las urbes más poderosas— padecieron las consecuencias de invasiones extranjeras, lo que resultó en la expulsión de los mayas de la península de Yucatán. Uno a uno, los centros de poder sucumbieron —menos uno: Petén Itzá.
Construida en una isla al interior de un lago en Guatemala, Petén Itzá se salvó del colapso maya alrededor del 1441 d.C. Heredó su nombre del cuerpo de agua que lo contuvo durante siglos. De hecho, se desarrolló de una manera completamente independiente. Luego, después de un florecimiento álgido, desapareció sin razón aparente. Ésta es su historia.
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El reino de Petén Itzá surgió en el Período Posclásico. Su centro de poder se construyó en el centro del lago guatemalteco de Petén, donde construyeron la ciudad de Nojpetén. En aquel entonces, la traza urbana del itzá se dividió en un quincunx, «que constaba de cuatro provincias gobernadas por batabob emparejados (gobernantes menores)», documenta Heritage Daily.
En el siglo XVI, el fraile conquistador Bernal Díaz del Castillo describió a la ciudad como ‘rodeada de agua’, con templos, palacios y casas con techo de paja. Esto sugiere que, antes de que la civilización cayera en manos de los invasores peninsulares, Petén Itzá fue una urbe poderosa y bien establecida.
Un siglo más tarde, los informes que realizaron otros exploradores españoles señalaron que la mítica ciudad maya tenía hasta 21 pirámides. Incluso, se referían a la más grande de ellas como «El Castillo», por sus dimensiones y diseño parecidos a los de Chichen Itzá.
Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con Petén Itzá. Sobre todo, por la impresionante planeación urbana con la que se diseñó originalmente. La traza de la ciudad obedecía largos camellones que la dividía de norte a sur y de este a oeste. Los registros de Bernal del Castillo describen una plaza moderna, con muros defensivos alrededor de la isla.
Lo más probable es que la muralla se haya construido con urgencia, para defenderse de los españoles u otros pueblos mayas. Amenazados por las noticias de otros itzás, es probable que hayan sucumbido ante la presión política de otros conflictos mayas.
Sin embargo, en 1697, se tiene registro de que Petén Itzá cayó bajo un asaltó español. Fue así como el último de los reinos mayas se perdió para siempre. Para concretar la colonización, los invasores europeos renombraron la ciudad con un nombre cristiano: Nuestra Señora de los Remedios y San Pablo. Poco se sabe sobre los estragos que sufrió la población, sus templos y su cultura.
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