Escenario de carreras de caballos y castigos ejemplares, el Coliseo Romano es uno de los iconos de la grandeza imperial Roma. Ésta es su historia.
Roma tenía la intención de ser una capital imperial. Incluso desde sus inicios. Como tal, la ciudad debería de contar con infraestructura ejemplar: los palacios más ostentosos, las mejores avenidas, los salones de espectáculos más espectaculares. Fue con ésta premisa que, en el año 71.d.C., el emperador Vespasiano mandó alzar el Coliseo Romano: el anfiteatro más grande de todo el Imperio.
Entre las colinas del Palatino, Esquilino y Celio, se secó un pequeño lago. Su cuenca serviría como molde para alzar el Anfiteatro Flavio. Casi una década después, con toda la pompa y lujo que el emperador Tito ostentaba, se inauguró el Coliseo Romano. Todo estaba listo para arrancar.
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Escenario de batallas campales y circo
Carreras, luchas de gladiadores e incluso de recreaciones de victorias navales romanas. El Coliseo romano fue escenario de diversos eventos durante el esplendor del Imperio Romano. Este anfiteatro fue una parte fundamental del entretenimiento público, siguiendo la locución latina panem et circenses —famosa entre las élites en el poder—, que se traduce como Pan y circo.
Con 65 mil asistentes por evento, se usó durante casi 4 siglos como escenario para ver morir a esclavos y héroes por igual. Se tiene registro de que casi 1 millón de animales perdieron la vida en el anfiteatro.
Así como fue utilizado para ejecuciones públicas, los romanos representaban sus victorias militares en el Coliseo. En estos eventos, se daba comida gratis a todos los visitantes, para festejar los triunfos del Imperio. Quizá uno de los más espectaculares fue, sin lugar a dudas, lasbatallas navales escenificadas sobre la plancha inundada.
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¿Por qué está roto?
El Coliseo Romano ha sido testigo, espectador y víctima de los conflictos bélicos a los que se ha enfrentado Roma. Durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos y balas lo horadaron las ruinas que, ya sin el esplendor imperial, se resistieron a venirse abajo. Esto explica que gran parte de la fachada parezca un ‘queso gruyere’, por todos los agujeros que tiene.
Se estima que gran parte de la estructura exterior se ha perdido en situaciones similares. Las autoridades romanas han optado por no reconstruir la estructura, a manera de un ejercicio de memoria histórica. Aún así, los proyectos de restauración del edificio son multimillonarios. El más reciente se terminó en junio de 2021.
Después de dedicar 25 millones de euros a un proyecto de restauración monumental, el gobierno italiano decidió abrir nuevas secciones del Coliseo romano al turismo internacional. A pesar de que los esfuerzos siguen en curso, ya es posible visitar una parte de la ‘colmena subterránea’, que conecta la totalidad de los túneles del sitio por debajo de la tierra.
¿Cuándo es mejor visitar el Coliseo Romano?
Generalmente, las multitudes de turistas internacionales visitan Roma en verano. Por lo cual, hacia el mediodía es prácticamente imposible entrar al edificio. Por ello, el mismo museo asegura que «Dada la altísima afluencia de visitantes, es absolutamente recomendada la reservación para evitar así las largas filas en el ingreso«.
En temporada baja, se puede visitar a las anchas del espectador. Generalmente, es recomendable ir entre noviembre y febrero: los meses de menos afluencia en el Coliseo Romano. Se recomienda ir temprano, por la mañana, para ingresar cerca a la apertura de las instalaciones.
Ahí mismo, es posible «participar en una visita guiada de grupo«, explica el portal oficial del Coliseo Romano. Algunos otros tours por Roma incluyen el sitio como parte del recorrido en autobús. Aquí se pueden comprar los boletos en línea. Quizá, si se presta atención, todavía resuenen los rugidos de las audiencias enardecidas entre las paredes, entre las galerías, entre las gradas desnudas.
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