Un proyecto fallido del porfiriato dio paso a lo que hoy es el Monumento a la Revolución, un sitio que resguarda miles de tesoros históricos.
Una obra monumental concebida por el expresidente mexicano Porfirio Díaz, quien permaneció 35 años en el poder, se transformó en el símbolo máximo de la revolución que puso fin a su dictadura. El Monumento a la Revolución Mexicana se ha convertido en uno de los emblemas más destacados de la Ciudad de México, y en su interior guarda la memoria de este episodio histórico.
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El origen real del Monumento a la Revolución
Porfirio Díaz planeaba construir en este punto de la ciudad el Palacio Legislativo, que sería sede de las cámaras de diputados y senadores. Su gobierno encargó el diseño al arquitecto francés Emile Bernard y en 1910 inició la construcción. Con el estallido de la revolución, las obras se interrumpieron, y el edificio quedó en ruinas.
Durante décadas, la estructura se mantuvo en abandono, y su esqueleto metálico se alzaba solitario en el corazón de la capital. Hubo varias propuestas para recuperar su arquitectura, pero fue hasta 1933 cuando el arquitecto Carlos Obregón Santacilia propuso transformarla en un monumento dedicado a la Revolución Mexicana. Con esta decisión, el proyecto cobró un nuevo significado, y se convirtió en un símbolo de libertad y justicia para los mexicanos.
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Años después de la conclusión del proyecto, en 1938, el monumento también se convirtió en mausoleo de héroes revolucionarios. En este lugar descansa Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. El 20 de noviembre de 1976, también fueron llevados hasta este sitio los restos de Francisco Villa, quien recibió una ceremonia solemne en el lugar.
Otro secreto “a la vista de todos” son las estatuas ubicadas al pie del monumento. Estos elementos escultóricos, creados por el artista Oliverio Martínez, representan respectivamente la Independencia, las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias y las Leyes Obreras.
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Las memorias de la Revolución Mexicana
Dentro del Monumento a la Revolución, los visitantes pueden explorar diversas salas que documental la historia de su construcción y el simbolismo del edificio. En su interior, también alberga el Museo Nacional de la Revolución, que exhibe más de 3,300 artículos, entre documentos, fotografías y objetos pertenecientes al movimiento armado. Además, podrás encontrarte cara a cara con figuras emblemáticas como Emiliano Zapata, “Pancho” Villa y Porfirio Díaz, representados a través de sus estatuas de cera.
Además, los visitantes pueden acceder al mirador ubicado en la cúpula, a 55 metros de altura, desde donde se obtiene una vista panorámica increíble de la Ciudad de México.
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