Las cajas funerarias egipcias revelan más sobre Egipto de lo que se creía: parece ser que también quedó inscrita en ellas su historia climática. Ésta es la razón.
Hace aproximadamente 2 mil años, los restos momificados de las personas se transportaban en sarcófagos de madera. Sobre estas cajas funerarias egipcias se inscribía una leyenda clara: quién era la persona, cuál era su ciudad natal y cuál había sido la causa de su fallecimiento, entre otros datos importantes sobre su vida. En algunas ocasiones, incluso, se incluía qué método de momificación se había empleado sobre el cadáver.
Esta costumbre se consolidó hacia la era romana, alrededor del año 30 de nuestra era. A diferencia de lo que se pudiera creer, esta práctica tenía una finalidad meramente administrativa: saber a quién pertenecieron los restos al interior. Una vez que esta información estaba clara, las momias se trasladaban a la necrópolis que les correspondía: su lugar de descanso final.
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Lo que se lee en las vetas de las cajas funerarias egipcias
Lo que se lee en las vetas de las cajas funerarias egipcias no sólo son jeroglíficos. Parece ser que, más allá de las inscripciones que realizaron los momificadores milenios atrás, sobre estos sarcófagos de madera se lee información nunca antes vista sobre el contexto climático de la época romana en el Imperio.
Las momias egipcias se han conservado casi a la perfección debido al clima típicamente árido del desierto. Sin embargo, recientemente los arqueólogos se han interesado por las cajas funerarias en sí mismas. Como son de madera, guardan información valiosa sobre el estado del medioambiente antiguo. Particularmente, en los anillos que todavía se aprecian de los árboles empleados para diseñarlas.
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«Los árboles son archivos»
Por ello, en la actualidad, las cajas funerarias egipcias ofrecen a los arqueólogos un arista mucho más complejo que su función original. Así lo explican los investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza), que están intentando reconstruir el clima que había en Egipto a partir de la información de los anillos de los árboles utilizados:
“Los árboles son archivos que registran mucha información, como el impacto del clima en su crecimiento y los episodios de sequía”, explica François Blondel, investigador líder del estudio.
La investigación no se centra, sin embargo, en el clima egipcio. La reconstrucción es mucho más ambiciosa: los científicos quieren saber cómo era el clima del Este del Mediterráneo hace 2 mil años. Y están usando la anchura de los anillos para identificar los periodos de sequía:
- Anillos anchos: un crecimiento propio de los años más húmedos
- Anillos estrechos: indican periodos prolongados sin agua
Por lo cual, los anillos representan también años de bonanza o escasez en aquel pasado remoto. Sorprendentemente, las cajas funerarias egipcias se hicieron con árboles de la misma especie, que crecieron en la misma región en aquel entonces.
Aunque todavía no existe un mapa acertado sobre cómo era el clima en Egipto antiguamente —ni mucho menos en el Este del Mediterráneo—, los investigadores confían en que este acercamiento arroje luz sobre ello muy pronto.
“Incluso si no podemos obtener el clima de Egipto, obtendremos al menos una tendencia de episodios climáticos notables en una gran parte del Mediterráneo oriental”, señala François Blondel, otro de los investigadores a cargo de la reconstrucción.
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