Jane Grey fue reina de Inglaterra desde el 10 hasta el 19 de julio de 1553. Su llegada al trono se vio ensombrecida por la tragedia y las intrigas reales.
En la historia de Inglaterra, pocos monarcas han tenido un reinado tan breve como Lady Jane Grey, la reina de los nueve días. La joven noble con un destino trágico, nació en octubre de 1537. Hija de Henry Grey y Lady Frances Brandon, su vida parecía destinada a la tranquilidad, sin embargo, su parentesco con Enrique VIII cambiaría su destino. Su madre era sobrina del monarca, lo que la situaba en la línea sucesoria del trono inglés.
Educada con esmero y devota de la fe reformada, su destino cambió radicalmente tras la muerte del rey Eduardo VI, a los 15 años, quien la nombró su sucesora para asegurar la continuidad de la fe protestante.
Te sugerimos: Cleopatra, reina del Antiguo Egipto y “primera celebridad del mundo”
La trágica historia de Lady Jane Gray
En enero de 1553, Eduardo VI enfermó de fiebre y tos. Desde entonces, su salud fue inestable; a veces parecía mejorar, pero pronto volvía a empeorar. Preocupado por el destino de la Corona, escribió su «Ley de sucesión» para evitar que su media hermana, María Tudor, una ferviente católica, ascendiera al trono.
Tras su muerte, el Duque de Northumberland conspiró para que Jane Grey fuera la sucesora del joven rey y a través de manipulaciones y presiones, fue proclamada reina el 10 de julio de ese mismo año. Sin embargo, su reinado duró sólo nueve días.
“El domingo 9 de julio, Jane fue citada a Syon House, la residencia de su suegro en Londres, para que le comunicaran que, según las instrucciones de Eduardo, ahora ella sería coronada reina”, recoge en su sitio la fundación, Historic Royal Palaces. “Esto pareció ser una gran sorpresa para Lady Jane, quien se angustió mucho, lo que confundió y avergonzó a los Consejeros Privados que se arrodillaron ante ella para jurarle lealtad”.
El apoyo popular y político rápidamente se volvió en su contra. María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, con el respaldo de muchos nobles y el pueblo, reclamó su derecho al trono. El 19 de julio de 1553, María entró triunfante en Londres y fue reconocida como la legítima reina. Jane, junto con su esposo Guildford Dudley, fue encarcelada en la Torre de Londres y acusada de alta traición.
También puedes leer: Ella fue Diana de Gales, la monarca que conquistó los corazones de Inglaterra
La decapitación de la joven reina
María Tudor mostró cierta clemencia hacia ella, quizás debido a su juventud e ingenuidad. Sin embargo, la rebelión de Thomas Wyatt en 1554, que intentaba reinstaurar a Jane en el trono, hizo que María cambiara de opinión.
Temiendo más levantamientos y amenazas a su poder, María I decidió ejecutar a Jane para eliminar cualquier posible reclamo al trono y evitar que se convirtiera en un símbolo de resistencia protestante. El 12 de febrero de 1554, Lady Jane Grey fue decapitada en la Torre de Londres, a la edad de 16 años.
Sigue leyendo:
Éstos fueron los imperios más poderosos de la historia, de Inglaterra a China
La apasionante relación amorosa que sostuvo Sor Juana Inés de la Cruz con la virreina de México
Neithotep: La mujer que habría sido la primera reina-faraón del antiguo Egipto