La construcción de la Gran Pirámide de Egipto suele atribuirse a los esclavos del rey; esta es una de las afirmaciones más comunes para explicar la impresionante estructura. No obstante, existen hallazgos que ponen en duda esta versión.
Heródoto, el historiador griego, se maravilló ante la Gran Pirámide en Egipto. Intrigado por su magnitud, cuestionó a los egipcios sobre la construcción de esta maravilla. Desde la perspectiva griega, el faraón a cargo era un tirano que esclavizó a su pueblo. La noción equivocada de miles de esclavos azotados al servicio de la gran construcción, se originó en estas historias. Aunque Heródoto ha sido una referencia vital sobre la vida de los constructores de pirámides, descubrimientos recientes y análisis de textos arqueológicos cuestionan los relatos.
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La organización extraordinaria para construir una maravilla
Quiénes fueron los constructores de la primera gran pirámide y cuántos participaron es un punto aún en debate. Heródoto afirmó que el rey Keops ordenó a todos los egipcios trabajar para él, con turnos de 100.000 trabajadores. Diodoro de Sicilia dijo que se completó en veinte años con 360.000 hombres. Actualmente, se estima que fueron entre 25,000 y 30,000, con trabajadores permanentes y temporales.
Con esta cantidad de mano de obra, la construcción de la Gran Pirámide de Egipto, hace 4.500 años, también fue un desafío organizativo. La eficacia de los numerosos trabajadores en distintas funciones dependía de una coordinación perfecta. Además de organizar los trabajos de canteras, transporte y construcción, se gestionaba el suministro de materiales, alimentos, combustible, artesanos, embarcaciones y alojamientos para todos los obreros.
El inspector de los trabajos del rey, Hemiunu en la época de Keops, dirigía el proyecto, con la ayuda de inspectores de distintos rangos, quienes supervisaban operarios, como el jefe de panaderos y el inspector de lavandería. Unidades de hasta 2,000 trabajadores, con nombres curiosos como «Borrachos de Micerino» y «Amigos de Micerino», tenían responsabilidades asignadas en cada lado de la pirámide.
El egiptólogo José Lull destaca que en una carta de la dinastía VI, se pone al tanto de los fallos que podía haber en este entramado de inspectores y trabajadores de diverso tipo. En esta, el capataz de un grupo de trabajadores de la cantera de Tura reportó a su superior no haber recibido las vestimentas de sus obreros y señaló el retraso que ello estaba generando.
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Un sueldo pagado con cereales
Además de los obreros que trabajaban en dar forma a la monumental pirámide de Keops, también había quienes emprendían travesías para llevar los materiales hasta la meseta de Guiza, en lo que ahora es El Cairo. El cobre era extraído por mineros y transportistas de las remotas minas de Serabit el-Khadim, en el Sinaí.
Los canteros también enfrentaban trabajo arduo extrayendo materiales como alabastro, granito, basalto, grauvaca o diorita de canteras distantes, en expediciones con escribas, exploradores, soldados y oficiales. También se mencionan productores de cerámica, obreros para los hornos de fundición de las herramientas, encargados del combustible y aguadores que transportaban líquido desde el Nilo, lo que evidencia la diversidad de roles en la construcción. Lull menciona que pese a que aún no se dispone de datos salariales, es de suponer que recibían pagos en “cantidades de cereales” por su labor. Método similar a los trabajadores de Deir el-Medina, el asentamiento de los constructores del Valle de los Reyes.
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Un pueblo de constructores junto a la Gran Pirámide de Egipto
El egiptólogo Mark Lehner descubrió en 1988 restos de un poblado de obreros vinculado a la construcción de la Gran Pirámide de Guiza. En el asentamiento, se encontraron habitaciones rectangulares y barracones para unos 50 trabajadores, que en conjunto pudieron albergar alrededor de 2,000 hombres. Otras viviendas, para inspectores y artesanos, ofrecían mejores condiciones con varias habitaciones, cocina y patio interior. Además, había estructuras asociadas a talleres, almacenes, graneros y panaderías.
También se han hallado cementerios, con miles de tumbas, donde fueron enterrados trabajadores de diferentes rangos y, algunas veces, familias enteras que estuvieron en el lugar. Algunos eran entierros modestos y otros más reflejaban la posición de la persona en vida, mientras que algunos tenían grabado el cargo de sus propietarios.
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