Tras el intenso mestizaje que hubo entre Denisovanos y Homo sapiens, al menos el 5 % de la población en Nueva Guinea conserva características de homínidos.
No es ninguna noticia que los primeros humanos tuvieron relaciones sexuales con otras especies de homínidos. Por el contrario, se tiene registro de que —hace aproximadamente 2 millones de años— incluso formaron familias parecidas a las que tenemos en la actualidad. Parece que el rastro genético de esta convivencia se mantiene hasta la actualidad, en una población pequeña de Nueva Guinea, que mantiene características de homínidos antiguos.
De acuerdo con un estudio publicado recientemente en PLoS Genetics, un equipo de genetistas asegura que los seres humanos heredamos diversas características de especies extintas. Y no sólo eso: que algunas fortalezas genéticas de algunos homínidos se están manifestando todavía en el sistema inmune de los neoguineanos. Esto es lo que sabemos.
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¿Heredamos características de homínidos antiguos?
Los investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) reconocen que la única especie de homínido que se mantiene en la actualidad es el Homo sapiens. Esto no quiere decir, sin embargo, que los humanos actuales seamos pura sangre. Por el contrario, tras un intenso proceso de mestizaje, heredamos las características fuertes de otras especies prehistóricas.
Algunas de ellas siguen muy presentes en el organismo humano. El mejor ejemplo se encuentra en una población contemporánea de Nueva Guinera, que conserva la defensa inmune de una especie de homínidos antiguos, conocidos como Denisovanos. Aunque se sabe poco de la especie, por la distancia milenaria que nos separa de ella hoy, sus rastros genéticos se mantienen en esta región de Asia.
Se sabe que habitaron el continente hace 164 mil años. Por el periodo histórico, lo más probable es que haya convivido con neandertales y otras especies de humanos más parecidos al Homo sapiens. Los restos fósiles de los Denisovanos, sin embargo, son realmente escasos y se conservan en mal estado. Por ello, han sido difíciles de estudiar.
La intensa convivencia entre especies data de hace unos 50 mil años, explican los investigadores. Esto se ha logrado rastrear gracias a los fragmentos de ADN que se han conservado hasta nuestros días. Gracias a la tecnología contemporánea, los científicos lograron secuenciar el genoma completo de estas especies antiguas.
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la cantidad de fósiles de Denisovan conocidos cabe en la palma de una mano, ¡literalmente!»Por ello, la información genética que se tiene de los Denisovanos sólo se ha logrado recuperar del dedo meñique de una joven que vivió hace 60 mil años, encontrada recientemente en Siberia. Estos homínidos han influido a la población en Nueva Guinea también a nivel genético:
«En el caso de los denisovanos, encontramos pequeños rastros de su genoma en personas de toda Asia, especialmente en Papua Nueva Guinea y en las naciones insulares del sudeste asiático, donde las personas pueden deber hasta el 4-5 % de su genoma a estos ancestros», detalla
.
Los neoguineanos no son los únicos que han heredado características de ancestros extintos. Por el contrario, durante la crisis sanitaria por COVID-19, se descubrió que el sistema inmune de personas en Europa y Asia respondía diferente al virus cuando tenían herencia de Neandertales. «[…] nuestra diversidad humana moderna no solo evolucionó, sino que algunas partes las obtuvimos de otros grupos humanos extintos», concluye Gallego Romero.
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