A pesar de no ser algo documentado con certeza, la opinión artista Salvador Dalí sobre México — supuestamente rescatada de una entrevista — se ha integrado (con orgullo) en el canon de la cultura popular del país:
De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surreal que mis punturas.
Al reconstruir lo ocurrido durante la Revolución Mexicana (1910-1920), se cuenta con el privilegio de disponer de registros formales: crónicas, entrevistas, periódicos y pruebas fotográficas. Ergo, es un poco más seguro colocar estas siete anécdotas en columna de los «hechos históricos» — colocando en algunas de ellas un asterisco, invitando a disfrutar de las versiones exageradas que puedan hallarse con humor y escepticismo.
Te puede interesar: El Pípila: ¿superhumanos en la Independencia de México?
Francisco I. Madero pasó a la historia como el líder del ejército revolucionario y autor intelectual del derrocamiento del entonces presidente Porfirio Díaz.
Lo que pocos saben es que los intereses personales de Francisco iban mucho más allá de la política — y del plano existencial de esta. Al provenir de una familia adinerada, Madero recibió educación especial en el extranjero, cursando distintas partes de la preparatoria y universidad en Francia y Estados Unidos.
Te puede interesar: La «aterradora» transformación de la ouija: de un juego de salón al tablero espiritual más temido
Durante estos intercambios, se integró a círculos académicos donde se discutían temas de ocultismo y espiritismo. De vuelta en México, fundó el ‘Círculo de Estudios Psicológicos de San Pedro Coahuila’, en el año 1900. Allí, se estudiaba lo que en ese entonces era considerado «metafísica».
Muchos de sus hallazgos quedaron plasmados en su libro ‘Manual Espírita’ (1911), publicado bajo el pseudónimo Bhima. Incluso puedes hallarlo en línea.
La victoria revolucionaria de Madero duró poco. Durante la ‘Decena trágica’, su gobierno pronto recibió un golpe de estado, liderado por el general Victoriano Huerta. Este —no conforme con asesinarlo a él y al vicepresidente José María Pino Suárez— dio la orden de apresar a toda su familia.
Si bien el presidente Madero no supo identificar a sus enemigos a tiempo, su carisma y elocuencia le ganaron el aprecio y la lealtad de muchas personas. Personas como el embajador japonés Kumaichi Horiguchi, hijo de un padre militar ; perteneciente a un linaje de samuráis activos durante el último shogunato.
Arriesgando su vida, Horiguchi resguardó a la familia Madero en la embajada japonesa. Si los insurrectos se atrevían a entrar, sería considerado un acto de invasión al Imperio Japonés. Los guardias japoneses patrullaron la embajada durante una semana — portando las pocas armas que había en su interior, incluyendo sus katanas.
Para agradecer su heroísmo durante la Revolución Mexicana, el Gobierno de México entregó una placa conmemorativa a la familia de Horiguchi en el año 2015.
La ‘División del Norte’ pasó a la historia con un legado casi tan grande como el de su general: Francisco ‘Pancho’ Villa. Principalmente, estaba compuesta por veloces jinetes; guerrilleros de caballería reconocibles por su ímpetu y su lealtad al general. Gracias a esto, la división se convirtió, en cierto punto, en la fuerza más importante del ejército revolucionario.
Cuando fueron llamados a luchar en la Batalla de Zacatecas — una de las más cruciales de la Revolución Mexicana — se toparon con un problema: se hallaban muy lejos de la ciudad y no podían dejar a sus caballos atrás; eran imprescindibles para su ofensiva.
Como buenos mexicanos, lograron resolver con lo que se tenía. Los caballos fueron puestos en los vagones del ferrocarril, mientras que los soldados montaron campamento en el techo de los mismos. Avanzaban lento, pero con paso firme. Eventualmente, la división llegó a Zacatecas , tomándola con éxito y logrando una aplastante victoria contra Victoriano Huerta.
A sugerencia de Raúl Madero, la ‘División del Norte’ adquirió un avión usado del piloto estadounidense Edwin Charles Parsons. La nave llegó desarmada, por lo que su ensamblaje pudo no haber sido el mejor.
Más tarde, el piloto Jefferson de Villa sería contratado para capacitar soldados villistas como pilotos de reconocimiento, pero la nave les resultaba tan intimidante que ninguno logró completar el entrenamiento.
La tradición oral en México da lugar a toda clase de mitos, leyendas y personajes que rayan en la fantasía; resulta sabio y normal tomar muchas de las historias con escepticismo. Sin embargo, los registros históricos de la Revolución Mexicana podrían respaldar lo contrario: En México, la extravagancia de una historia — a veces — es directamente proporcional a su veracidad.
En esta ciudad se concentra la mayor cantidad de personas vascas fuera de Europa, y tienen su propio festival, ¡descubre…
Gracias al apoyo de un especialista mexicano, te damos respuesta a por qué no todas las lunas son redondas. Esto…
¿Sabías que Noruega tiene más línea costera que Rusia? Te contamos lo que sabemos sobre la sorprendente paradoja de la…
¿Vida en la luna? Aunque parezca imposible creerlo el día de hoy, esta noticia puso al mundo de cabeza. Esta…
Si te han vendido el Mundo Árabe como «intimidante», Abu Dabi puede cambiar esa idea con playas, arte, diversión y…
De generalas a periodistas: Ellas fueron las mujeres que definieron la Revolución Mexicana. Llegó el momento de aprendernos sus nombres.…