Los senos frontales en el cráneo de un ser humano prehistórico sugieren que podría tratarse de una especie desconocida, que habitó Eurasia hace medio millón de años.
Sucedió en Atapuerca, al norte de España. En medio de uno de los yacimientos arqueológicos más ricos de Europa, un equipo de investigadores encontró el cráneo de una nueva especie de humano prehistórico, nunca antes vista. A diferencia de otros primates conocidos, los restos presentaban un par de cavidades pequeñas justo encima de la nariz.
Los investigadores del Museo de Evolución Humana (MEH), a cargo de estudio, piensan que la presencia de los senos frontales afectó directamente el tamaño y forma del cerebro prehistórico. Sobre todo, porque otras especies de primates antiguos los presentan mucho más grandes. Aunque esta diversidad se ha investigado ampliamente, no hay evidencia concluyente que explique su origen o función real.
Sin embargo, este par de cavidades craneanas podrían arrojar luz sobre la evolución de especies humanas antiguas, que se extinguieron hace cientos de miles de años. Esto es lo que sabemos.
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Un par de huequitos enigmáticos en la cabeza
Durante décadas, se ha debatido la función real de los senos frontales: un par de huequitos ubicados en el cráneo, justo encima de la nariz. Ciertos estudios argumentan que podrían ser aislantes del frío exterior; otros, que tiene que ver con cómo masticamos. Esta cuestión se volvió todavía más enigmática con el descubrimiento de un cráneo de 500 mil años, que podría pertenecer a una nueva especie de humano prehistórico desconocida hasta ahora.
De acuerdo con la Clínica Mayo, los senos frontales «son cavidades alrededor de los conductos nasales«. Generalmente, en los seres humanos de hoy, cuando este par de huecos se inflaman, desarrollamos sinusitis.
Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos de Atapuerca y director del MEH, coordinó a un equipo de investigadores en España para realizar un análisis en 3D sobre el cráneo encontrado. El científico explica que su equipo fue el primero en realizar este tipo de estudios, en la década de los 90. Más de 20 años más tarde, podrían ser los descubridores de una nueva especie de humano prehistórico.
Su estudio se basó en la tecnología de Tomografía Axial Computerizada (TAC), explican en Science Advances, que permite ver el cráneo humano y sus componentes en tres dimensiones. De hecho, la imagen hace ver las estructuras óseas como si fueran ‘transparentes’, según las describe Arsuaga en los medios locales.
¿Qué lo diferencia de otras especies de primates antiguos?
Arsuaga reconoce que la hipótesis sobre la nueva especie de humano prehistórico es una conclusión suya. A diferencia de otras especies de primates antiguos, que tenían senos frontales ‘monstruosos’ —según los describe a los medios locales—, este cráneo los presentaba mucho más pequeños.
En Etiopía, Zambia y Grecia se encontraron ejemplares de Homo rhodesiensis, que compartieron estos huecos gigantescos en la cabeza. Sin embargo, las dimensiones más reducidas en los senos frontales de esta nueva especie permitió que el tamaño de sus lóbulos frontales también cambiara y, a su vez, la forma del cerebro. Por ello, el investigador piensa que este caso es «otra cosa» completamente diferente.
«Ahí había algo… y creo que no sería descabellado pensar que lo mismo representan una especie o subespecie humana totalmente nueva», concluye Arsuaga.
Las investigaciones, mientras tanto, continúan.
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