Amanecimos muy temprano en Venecia para nuestra cita en el Mercado de Rialto. Despertar en el Madama Garden Retreat significa hacerlo junto a una ventana con vista al Cannaregio y una puerta que comunica la suite del piano terra al jardín (¡¿quien puede decir que tiene su propio jardín en Venecia?!)
Texto: Maite Basaguren
Cannaregio es la zona más septentrional de los seis barrios históricos de Venecia (sestieri). A principios del S.XVI se convertiría en el gueto judío y hoy es un área que goza de cierta paz en medio de la locura del turismo masivo de esta ciudad en Italia.
Una Venecia que en este 2020, se vio fuertemente golpeada por el coronavirus y que ahora vuelve a despertar y nuevamente abre sus puertas a nacionales y extranjeros.
Sin embargo, no todas las puertas se cerraron, el Madama Garden permaneció abierto para recibir a trabajadores de la salud que necesitaran un lugar para dormir en Venecia.
Mara de Guidi, Veronesa y propietaria del hotel y Lorenzo Martinelli, su socio, aprovecharon también los meses de silencio en Venecia para renovarse y preparar la nueva temporada de su jardín, así como actualizar el menú de sus desayunos donde todo es preparado a mano, desde las harinas hasta las mermeladas.
Nuestra bienvenida al Madama Garden vino acompañada de un aperitivo con Valpolicella, (vino de Véneto) “el vino favorito de Hemingway,” según nos dijo Lorenzo, “un vino de conversación».
Fiel a su tradición, pasamos las siguientes tres horas conversando, saboreando la cocina sencilla veneciana y escuchando el suave acento italiano de Lorenzo y su sabiduría sobre vinos, gastronomía e historia de Venecia. Sabiduría que se ve reflejada en cada rincón del hotel.
Con solo apenas dos años de que abriera sus puertas al público, El Madama Garden es un derroche de experiencias sensuales.
…”Fiore sai, non ti raccolgo voglio farti vivere… guardare i tuoi colori mentre cambiano… innamorarmi un po’ di…
Posted by Madama garden retreat on Friday, May 8, 2020
El glorioso colorito que hizo famosos a artistas como Tiziano y Tintoreto de la escuela de Venecia, encuentra su fiel expresión en las tonalidades del hotel. Desde el dorado de los rayos del sol al combinarse con el turquesa del canal que entran por las ventanas, hasta la frescura del verde esmeralda del jardín, pasando por el lila de las flores de su pérgola, y la fragancia que despiden los limoneros, todo es una lluvia de perfumes y colores que empapan las ocho suites del Madama y sus espacios interiores.
Cada detalle fue celosamente pensado y escogido por Mara. Los tejidos de sus textiles, el terciopelo de los sillones, el lino de la mantelería, las toallas inmaculadas, sus sabanas de mil hilos; detrás de cada contacto con la piel se conoce el esmero para hacer del Madama Garden Retreat el secreto mejor guardado de Venecia.
Con la comodidad y la seguridad de sus huéspedes en mente el hotel ha extremado las medidas higiénicas en la limpieza de las habitaciones, estas van desde las normas regulares del gel anti-bacterial, hasta el uso de vapor para desinfectar camas y toallas.
Para estos tiempos de sana distancia, el Madama es una joya en una ciudad donde los espacios no permiten estos lujos.
Cada habitación tiene su propio comedor donde el visitante puede disfrutar su desayuno y arrullarse con los primeros sonidos del día que se cuelan por las ventanas. Mientras la ciudad se despierta y el agua del canal pega en los bordes del edificio, se escucha el dialecto local entre gondoleros y venecianos que se dirigen a sus trabajos para la giornata di lavoro.
Con esta música de fondo los huéspedes del hotel toman café en el jardín de limoneros y lavanda a donde llega el olor a pan recién horneado, a manzana al horno, a fruta fresca, a cappuccino y a huevos nube del desayuno que Mara y Lorenzo preparan para sus clientes.
Para completar este calidoscopio sensual, únicamente un chef como Lorenzo Cogo podría tener la talla para entrar en la cocina del Madama Garden. Cogo nos cita muy temprano en la mañana para llevarnos al mercado de Rialto. Con ojos expertos, el chef compra los ingredientes para la experiencia culinaria con la que nos obsequia como huéspedes del hotel.
Mara, quien tiene obsesión por el buen gusto, conoció a Cogo a través de Martinelli, su socio y amigo.
Cogo, de apenas treinta años, es el chef italiano más joven que haya recibido una estrella Michelin por la excelencia de su restaurante de alta cocina, el Coq en Vicenza.
La altura y creatividad de la cocina de Lorenzo Cogo consuma la experiencia de la estancia en el Madama
Los huéspedes del Madama Garden tienen la opción de solicitar esta experiencia gastronómica que proporciona la cocina de Cogo, un chef con una propuesta culinaria única, como único es el hotel.
Cogo quien creciera viendo a su padre dirigir su propia trattoria en Vicenza, y forma la tercera generación de chefs de su familia, ha sido parte las cocinas más importantes del mundo.
Después de un día lleno de placeres sibaritas, caigo en cuenta que está es una Venecia distinta, que en esta visita a Venecia logré escaparme de la trampa turística, que me siento en casa y entre amigos porque Lorenzo y Mara crearon esta filosofía para su hotel.
El Madama no es un hotel más en Venecia y no es fácil describirlo con palabras convencionales porque va más allá del lujo, que no es mágico porque las incansables manos de sus dueños se adivinan detrás de cada detalle, no es espectacular porque es íntimo, no es sorpresivo porque es familiar, no basta decir que el servicio es amable porque supera la excelencia. No es meramente elegante en la forma sino en la esencia. El Madama Garden es, simplemente, el mejor lugar para quedarse hoy en Venecia.
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