Visitar Lacock es viajar al pasado. A una época donde los caballeros medievales bebían hidromiel en las tabernas tras librar una justa emocionante y los habitantes transitaban sobre sus calles empedradas.
Y es que, a través de los años, la belleza de este pueblo ha sido preservada por la Fundación Nacional para los Lugares de Interés Histórico (NT), la cual administra los monumentos históricos de Reino Unido.
Texto: Carlos Valerio Sánchez
Testigo de un sueño
Su majestuosa abadía, de arquitectura neogótica, fue fundada en 1232 por la Condesa de Salisbury, una de las mujeres más poderosas del Medioevo. Esta reliquia de la corona inglesa cuenta con un museo dedicado a William Fox Talbot, otro de sus residentes distinguidos, quien capturó el primer negativo fotográfico de la historia tras pasar décadas en la biblioteca investigando cómo “conservar imágenes naturales en papel”.
Lacock es una tierra de magos
Gracias a sus escenarios misteriosos, Lacock ha sido locación de distintas producciones cinematográficas y televisivas como la serie Downton Abbey y la saga de Harry Potter (aquí se encuentra la casa donde Voldemort asesinó a los padres del niño mago, así como varios rincones del castillo de Hogwarts).
Pub Histórico
Durante el atardecer es indispensable adentrarse en The George Inn, uno de los bares más antiguos de Inglaterra que alberga cientos de ecos del pasado. Entre sus características más peculiares está un mecanismo giratorio que servía para cocer carne mediante la tracción de un perro turnspit (raza canina extinta), el cual corría por la rueda hasta que el asado quedaba listo.
De la granja a la fiesta
Para rematar con el encanto de este pueblo de película, durante la pascua Lacock es invadido por héroes, villanos y seres extraños hechos de paja que celebran el tradicional festival del espantapájaros.
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