El Santo Sepulcro de Jesucristo estará cerrado durante las celebraciones de Pascua por primera vez en más de un siglo.
AFP.- En el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en Israel, donde reside Bitar, las calles están desiertas y la mayoría de los comercios llevan semanas cerrados.
«Deprimente», comenta Sawsan Bitar, de unos 60 años, que lamenta no poder celebrar la Pascua en la iglesia, como lo hace todos los años.
Para combatir la propagación del nuevo coronavirus, todos los lugares de culto han sido cerrados al público en Tierra Santa, incluida la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, el lugar donde, según los evangelios, se sepultó a Cristo tras morir en la cruz.
El viernes 10 de abril por la mañana, una misa sencilla a puerta cerrada fue celebrada en su interior y una procesión mínima recorrió la Via Dolorosa, el camino que, dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén, marca en 14 estaciones el Via Crucis, el camino de Jesús hasta la cruz.
Solamente cuatro religiosos pudieron hacer el recorrido este año, contra los miles de fieles que participaban en este Via Crucis cada Viernes Santo.
Además, por estas antiguas calles estrechas de piedra es complicado mantener la distancia para evitar contagios.
Israel ha registrado más de 10,000 casos de personas infectadas por el nuevo coronavirus y más de 90 fallecimientos.
La consigna es clara para la Pascua católica, ortodoxa y judía: ¡quédense en casa!
Normalmente Jerusalén es el corazón de las celebraciones de Pascua. El año pasado, más de 25,000 personas de todo el mundo se congregaron allí para celebrar el Domingo de Ramos, con el que arranca la Semana Santa, según Ibrahim Shomali, portavoz del Patriarcado Latino de Jerusalén.
El Domingo de Ramos de este 2020 tras las grandes puertas de madera de la Iglesia del Santo Sepulcro, considerado el más sagrado del cristianismo, que puede acoger a hasta 1,500 personas, solo había 15, todas ellas miembros del clero, informó Shomali a la AFP.
«Pero incluso en estas circunstancias difíciles, puede haber algo positivo», relativiza. Detrás de las pantallas de televisión o de ordenadores, 60,000 personas han seguido la misa transmitida en directo, dijo.
Este domingo, la misa de Pascua, prohibida al público, volverá a ser transmitida por televisión y las redes sociales. Solo seis religiosos estarán en la iglesia, según Shomali.
Seguir la misa por Internet será la única forma con la que muchos creyentes celebrarán la Pascua este año. «La gente tiene sed de espiritualidad», señala Shomali, quien se alegra del «retorno de la fe» en estos tiempos de crisis sanitaria.
«Todo tiene una razón de ser», estima Sawsan Bitar. «Espero que seamos personas diferentes, que apreciemos las cosas de distinta manera» cuando la crisis haya terminado.
Para marcar esta Pascua, ella tendió un paño en la entrada de su casa con un estampado de polluelos amarillos y huevos multicolores. En el suelo, colocó conejos de peluche y ramos de flores. Toda su familia posó en este estudio fotográfico improvisado.
Pero estas fotos no la reconfortan, dice, porque no compensan una oración en la iglesia por Pascua.
Es la primera vez en al menos un siglo que el Santo Sepulcro está cerrado por Pascua, asegura el historiador palestino Johnny Mansour.
«Vivimos a cinco minutos del Santo Sepulcro y no podemos ir», dice Bitar. «Me parte el corazón».
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