Con 16 antenas en operación, el proyecto ALMA permite apreciar el nacimiento de estrellas.
Extracto de la edición de abril de la revista National Geographic en español.
Fotografías de Dave Yoder
Uno de los sitios más solitarios del mundo fue convertido en un bullicioso observatorio moderno.
Durante cinco años fueron llegando antenas a Chile, y hacía falta una precisión extraordinaria para montarlas de forma que funcionaran en conjunto como un solo telescopio. Tendrían que rotar juntas en cuanto de les ordenara, y apuntar al mismo objetivo en segundo y medio. Para unir sus señales coherentemente se tuvo que instalar ahí mismo una supercomputadora, capaz de ajustar con una precisión del ancho de un cabello humano la distancia de las señales por un cable, desde las antenas hasta un centro de procesamiento, mientras compensaba la expansión y contracción del cable a causa de las fluctuaciones en la temperatura.
Cuando se inauguró oficialmente, en marzo de 2013, ALMA, el Gran Conjunto Milimétrico y submilimétrico de Atacama (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), ya había empezado a cumplir las expectativas. El año anterior, con solo 16 antenas en operación, los investigadores dirigidos por Joaquin Vieira, del Instituto de Tecnología de California (Caltech), miraron a través de ALMA 26 galaxias lejanas que mostraban brotes de formación de estrellas. Les sorprendió encontrar que las galaxias estaban en promedio a 11,700 millones de años luz de distancia. Esto significa que empezaron a producir estrellas cuando el universo tenía apenas 2,000 millones de años. Antes se pensaba que estos frenéticos nacimientos de estrellas habían ocurrido al menos 1,000 millones de años después.
Desde la inauguración de ALMA ha habido un torrente constante de descubrimientos.
Fiel a su promesa, ALMA también está ayudando a los investigadores a entender cómo nacen los planetas. El año pasado informaron sobre un disco de polvo que orbitaba una estrella joven: una guardería de planetas. Las imágenes revelaron lo que parecía ser una trampa de polvo dentro del disco: una región protegida donde pequeños granos de polvo podrían unirse unos con otros, y grano a grano alcanzar un tamaño suficiente para constituir el planeta. Este fue el primer vistazo al inicio del proceso de formación de planetas.
Estas observaciones son sólo el principio. Cuando todas las antenas queden instaladas, más adelante este año, ALMA podrá brindar detalles aún más finos sobre galaxias y sistemas estelares.
Una vista de las galaxias Antena en colisión.
(Imagen coloreada compuesta: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO) y
Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA. Fuente: ESO