El ejemplar que surgió de semillas que fueron enviadas al espacio, muestra un desarrollo sorpresivo.
En el 2008, científicos japoneses reunieron semillas de flor de cerezo, y las enviaron a la Estación Espacial Internacional para que realizaran un viaje.
Las semillas pasaron ocho meses en el espacio, y regresaron al laboratorio y algunas a sus lugares de origen, pues habían sido recogidas en 14 distintos lugares de Japón.
Posteriormente, como parte del proyecto «Cerezo del espacio», algunas de las semillas fueron sembradas en un antiguo templo en el centro de Japón, dando un resultado que ha impactado a científicos.
Agencias de noticias reportan que las semillas que vinieron del espacio dieron vida a un árbol que crece a velocidad sorprendente en el templo.
El ejemplar floreció seis años antes de lo esperado según su ciclo normal, y más extraño aún, sus flores tienen solo cinco pétalos cada una, mientras que la especie habitualmente tiene 30.
Las hipótesis respecto al árbol espacial consideran que probablemente durante los ocho meses que los huesos pasaron bajo los rayos cósmicos, mutó algún gen.
La flor del cerezo japonés es de los símbolos más representativos de la cultura japonesa.