Los ejemplares fueron liberados con un transmisor en su caparazón, para seguirles el rastro.
Tres tortugas amarillas fueron liberadas con un transmisor en su caparazón, en una playa de Sinaloa, en el noroeste de México, para seguirles el rastro.
La liberación corrió a cargo de científicos del Instituto Politécnico Nacional, quienes pegaron a los animales el transmisor con resina.
Las tortugas de la especie Caretta fueron nombradas Umi, Baawe y La Hija del Señor, y su rastro puede ser seguido en la página web www.seaturtle.org.
Los ejemplares que en un principio fueron capturados con propósitos de investigación, tienen una ruta migratoria hacia las costas de Hawaii y México para alimentación y desarrollo.
En 1996, Adelita, la primera tortuga marcada de esta especie, inmediatamente regresó a Japón tras su liberación, información que puede ser consultada en la página de seaturtle. Se trató de una tortuga hembra adulta que se encontraba en cautiverio, en Bahía de Los Ángeles, Baja California.
Con la información que se genere de los transmisores se comprenderá el hábitat en el Golfo de California, así como las rutas de las tortugas, mientras se crean estrategias adecuadas para la protección de la especie.
Umi, Baawe y La Hija del Señor llevan cada una un transmisor con dos sensores, uno en la parte superior y otro en la parte trasera. Cuando el animal suba a respirar y permanezca lo suficiente para que los sensores detecten el aire, el transmisor satelital se encenderá para generar una posición geográfica. Está apagado cuando la tortuga se encuentra bajo el agua para ahorrar batería y prolongar el tiempo de la investigación.
En las aletas traseras la tortuga lleva una placa de material especial anticorrosivo con un número de serie que también ayuda a conocer las rutas migratorias si la tortuga es recapturada en algún sitio de anidación o alimentación.
Fotografía: Cortesía IPN