México tiene algunos de los mejores lugares para aprender, dominar olas gigantes, o apreciar el espectáculo.
México desde hace unas décadas se ha convertido en un paraíso para surfistas que han encontrado en la diversidad de playas una variedad de olas y de atmósferas que les ha ganado un lugar privilegiado entre las mejores del mundo.
No importa si apenas te estás iniciando, en la mayoría de los casos encontrarás instructores y todas las facilidades para empezar con este deporte, incluso si eres un profesional que busca enfrentarse a retos gigantes.
La revista National Geographic Traveler, en su edición de abril, publica el Top Ten de las mejores playas para surfear -u observar el espectáculo- de domadores de olas en México. Te presentamos 5 lugares del listado:
1. Isla Todos Santos, Ensenada, Baja California. La mejor época para surfear en esta costa es en invierno, el único inconveniente es que el agua está helada, aunque nada que un buen wetsuit no pueda solucionar. Los aventureros saben que las tormentas en el estrecho de Bering, en el hemisferio norte, provocan el famosos swell, una marejada capaz de crear olas monumentales que descienden con dirección sur barriendo la Costa de California. Uno de esos puntos es la Isla de Todos Santos, a 30 kilómetros al este de Ensenada, en donde los surfistas se enfrentan a la ola apodada Killers, que por su tamaño compite con otras olas gigantes dle mundo tales como jaws, en Háwai, o dungeons, en Sudáfrica.
Esta región es ideal para practocar el «Big Wave Surfing» (especialidad que consiste en deslizarse por empinadas paredes de aua que miden entre 10 y 18 metros de alto, con tablas muy rápidas de más de dos metros de largo). El lugar es para profesionales.
2. Los Cabos, Baja California Sur. Además del paisaje y los deliciosos fish tacos, esta zona que integra Cabo San Lucas y San José del Cabo, es famosa por su diversidad marina. Se trata de un punto privilegiado porque aquí se encuentran las aguas del Océano Pacífico con las del Mar de Cortés, lo que provoca unas olas interesantes para los surfistas debido al choque de temperaturas. Debido a su geografía, en esta región se puede surfear todo el año: del lado del Mar de Cortés las mejores condiciones se dan de mayo a octubre, justo en la época de más calor, y del lado del Océano Pacífico, la temporada es perfecta de noviembre a abril, cuando también hay mejor clima y se pueden avistar ballenas.
3. Scorpion Bay, Baja California Sur. Esta bahía es, sin duda, uno de los puntos para surfear más legendarios de toda la costa del Océano Pacífico mexicano, su fama es, incluso, internacional. La aventura empieza desde la llegada a esta playa pristina y escondida, localizada en el poblado de San Juanico. El aeropuerto más cercano es el de Loreto, donde también puedes visitar la Misión. Desde esta pequeña y mágica ciudad, hay que manejar tres horas. Otra opción es llegar a La Paz, desde donde se hacen cinco horas manejando. Dada la virginidad de la playa, no existe infraestructura hotelera suficiente, por lo que es importante llevar equipo de campamento.
La mejor época del año para surfear es de marzo a noviembre, cuando pegan los swells del sur.
4. Cuyutlán y Pascuales, Colima. Al sureste del Puerto de Mazanillo está la playa de Cuyutlán, que saltara a la fama por su «ola verde» la cual llega a alcanzar los ocho metros de altura en la temporada de lluvias (de abril a junio), cuando la marea está más alta y los sets de olas llegan a sumar de 10 a 15 cada cico minutos, a una velocidad que varía de los 20 a los 50 kilómetros por hora. Además de surfear, vale la pena visitar el Museo de la Sal, disfrutar del ambiente y arquitectura del pueblo. Combinar el ejercicio con los paseos por el malecón, haciendo paradas estratégicas en restaurantes, tiendas y cafés es un plan al que se pueden sumar amigos.
5. Troncones y La Saladita, Ixtapa-Zihuatanejo, Guerrero. Este estado no sólo tiene la bella bahía de Acapulco, sino la aguerrida playa de Troncones, al norte de Ixtapa. Este point break -lugar con fondo de piedra, arena o coral- es famoso por la fuerza de sus olas y porque se puede surfear todo el año. Esta playa es muy poco visitada debido a que recibe poderosas marejadas del Pacífico Sur; sin embargo ofrece una infraestructura hotelera pequeña pero de calidad para los deportistas. Y aunque se trata del hit de esta parte norte de la costa guerrerense, otros spots son la Boca y la Saladita.