Nos internamos en la cordillera de los Andes en el sur de Chile, explorando montañas, ríos, lagos y glaciares.
Después de desembarcar en Chaiten, comenzamos de lleno a recorrer la carretera Austral, sobre sus caminos de ripio (tierra y grava). En el camino nos encontramos con una pareja de portugueses que se encontraba haciendo un recorrido en moto parecido al nuestro, y se nos unieron.
El escenario en esta parte de Chile es impresionante, esta delgada línea de territorio se encuentra aplastada entre la cordillera de los Andes y el Pacífico Sur, haciendo su paisaje y clima impredecible.
No habían pasado más de 50 kilómetros desde que salimos de Chaiten y encontramos nuestro primer glaciar, colgando de una montaña cerca de Puerto Cárdenas. Seguimos hacia el sur y llegamos hasta el poblado de La Junta, en las orillas del lago Rosselot.
La vegetación se hizo más densa y la temperatura comenzó a bajar hasta que arribamos a Puyuhuapi un tranquilo lugar a las orillas de lo que parecería ser un lago, pero en realidad es una intrincada entrada del mar por el Canal de Puyuhuapi.
Después de pasar la noche acampando, seguimos por los caminos de tierra hacia Coihaique, la ciudad más grande de la región. En el camino, el paisaje nos obligaba a detenernos muy seguido a tomar fotos, es impresionante.
Comenzamos a subir por la cordillera hasta llegar a un paso muy alto, rodeado de montañas nevadas y hielo, después del cual regresamos a tierras mas bajas. Poco a poco la carretera empezó a bordear el Río Simpson, nutrido por agua de deshielo, continuamos pasando por cascadas y puentes sobre riachuelos hasta que llegamos a Coihaique a pasar la noche.
Al sur de Coihaique la carretera se vuelve más y más desolada, casi no se encuentran autos en la ruta y las distancias entre las poblaciones son mayores. Tomaríamos el reto de buena manera, ya que al final nos llevaría a lugares sin igual.