Sales, minerales y el campo magnético de la Tierra son los responsables de algunos de los fenómenos naturales más espectaculares del planeta.
Litio, cristales de hielo, sales venenosas producto de la erosión en el desierto. Estos elementos producen, a lo largo del año, fenómenos naturales que han maravillado a los seres humanos por milenios. Al interactuar con la luz, un carnaval de distintas tonalidades se extiende a lo largo de la bóveda celeste, o nublan los cielos con arenas nocivas para la vida. Estos son algunos de ellos:
Nubes estratosféricas polares
Las nubes estratosféricas polares se encienden en tonalidades perladas al atardecer. Generalmente, se encuentran entre 14 y 25 kilómetros de altura. Reciben la luz del sol, sin embargo, de una manera diferente a las demás: la toman de cristales de hielo —típicos de los ecosistemas árticos—, que defractan la luz solar. Por esta razón, conforme se mueven en la bóveda celeste, sus patrones lumínicos cambian, ondulan y desaparecen.
Simún
Entre las colinas de África y Arabia, durante los meses más calurosos del año, sopla el simún: un viento venenoso que tiñe de rojo el paisaje, y se adentra hasta los confines más escondidos del Desierto del Sahara. Este fenómeno natural abrasa la superficie con temperaturas que superan los 50ºC, soplando sobre el desierto durante julio y agosto.
Generalmente, el simún sigue patrones rotatorios similares a los de un ciclón: se desplazan con rapidez circulando en sentido contrario a las agujas del reloj. Los pobladores de estos países comúnmente se refieren al simún como “lluvias de fango o de sangre“, por la coloración rojiza que alcanzan en su esplendor fatal.
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Cascada de fuego
Durante las primeras semanas de febrero, las cascadas del Parque Nacional de Yosemite, en Estados Unidos, se encienden en llamaradas incandescentes.
Con el Sol que se pone en el horizonte, las aguas de las cascadas se iluminan de un rojo intenso, que se apaga con la caída de la noche. A este fenómeno natural se le como «cascada de fuego«, y responde a la puesta del Sol entre los picos rocosos de la cadena montañosa.
Reflexiones del Salar de Uyuni
No es un río, sino un desierto de sal. Ubicado en el centro de Bolivia, el salar de Uyuni es el desierto de su tipo más grande del mundo. Los cristales salinos son producto de cientos de miles de años atrás, cuando se evaporaron lagos prehistóricos. Además, la riqueza natural de litio y sal permite que sea un paraje fértil para la explotación de estos recursos.
En temporadas más cálidas, el Salar de Uyuni se llena de flamingos, ya que es su lugar de reproducción natural en América Latina. Es aquí donde encuentran a sus parejas, y más aún, desovan para recibir a sus crías en un lugar propicio.
Auroras boreales
Las luces polares han acompañado al planeta desde la prehistoria. Generalmente, este fenómeno natural se puede observar en los polos, cerca del Ártico y la Antártida. Son producto de perturbaciones en la magnetósfera, que choca contra los vientos solares. El resultado es una lluvia de colores neón, que se extienden en una danza nocturna a lo largo y ancho del cielo.
Las coloradas
Rodeadas de manglares, Las Coloradas son una serie de lagunas en la península de Yucatán mundialmente reconocidas por su característico color rosa intenso. Es uno de los fenómenos naturales más extraños presentes en cuerpos de agua, por lo que las autoridades locales tienen estrictamente prohibido a los turistas nadar ahí.
La salinidad del agua es única. La introducción de sustancias como las que tiene el bloqueador solar podrían contaminar los compuestos originales de la laguna rosa, y en poco tiempo podría perder su encanto natural. A pesar de esto, se exhorta a los visitantes a llegar cerca del medio día, cuando las aguas llegan a su máximo esplendor rosado.
Kawah Ijen
Una laguna turquesa corona la cima de un volcán activo en Indonesia. Se trata del volcán Kawah Ijen, de donde emerge lentamente un vapor blanquecino desde las aguas cálidas.
El azufre de la montaña es responsable de los gases sulfúricos que el lago desprende: en conjunción con los metales presentes en el agua, producen un intenso color azul que atrae a miles de senderistas anualmente.
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