El modelo que daña a la salud humana y a los ecosistemas, se aplica en el norte de México y se extiende hacia el sur.
En el norte de México se aplica un modelo de agricultura industrializada que causa graves daños a los recursos naturales y a la población, mientras se traslada hacia el sur del país, advierte la organización ambientalista Greenpeace.
«El modelo de agricultura que se aplica en el norte del país -basado en monocultivos, uso de agroquímicos y semillas transgénicas- está degradando la capacidad de los ecosistemas de producir alimento sano y suficiente en México, y está desplazando a los pequeños productores del sureste que realizan una agricultura sustentable, denuncia la organización ambiental.
El modelo de agricultura industrial se basa en el monocultivo, que termina con los recursos naturales y avanza sobre los bosques.
Grandes compañías como Monsanto y Bayer producen y cultivan granos transgénicos que exponen a las diversas clases de maíz a la desaparición, según voceros de Greenpeace.
Las semillas transgénicas son aquellas que fueron genéticamente modificadas.
«No es necesario seguir experimentando porque no necesitamos los transgénicos» sostiene Aleira Lara, vocera del grupo ecologista.
Acusa que el uso de transgénicos en México carece de una regulación, y ha generado «supermalezas» y «superinsectos», mientras también ocasiona daños al consumo humano.
Las compañías por su lado defienden que las semillas genéticamente modificadas permiten una mayor resistencia a las plagas, optimizando la producción.
Consumidor precavido
Si se busca adquirir alimentos que no dañen la salud, lo ideal es hacer las compras con productores locales, dicen miembros de Greenpeace.
Refieren que consumir productos como vegetales y frutas en mercados de la zona donde se vive, garantiza la compra de piezas sanas, e impide la degradación de los ecosistemas.
La agricultura sustentable, la que realizan los campesinos, procura una producción sana de alimentos.
Leydy Pech, agricultora maya, advierte que el modelo de desarrollo agroindustrial pretende acabar con la sabiduría, el respeto y la sustentabilidad.
«Acá cosechamos de todo: maíz, calabaza, frijol, chile, flores para nuestras abejas, respetando y aprovechando los ciclos naturales, y nunca nos falta alimento», asegura.