¿Pueden América Latina y sus ciudades cada vez más pobladas enfrentar el cambio climático sin sacrificar nivel de vida y medio ambiente?
El cambio climático ya no es un escenario catastrófico del que echan mano los futurólogos más pesimistas. Hay razones y pruebas de sobra que lo demuestran y que hacen de él una realidad presente y a la que hay que referirnos en gerundio: está sucediendo.
Para los países en desarrollo la presión es aún mayor. Por un lado todos los cambios que este fenómeno ocasiona (fenómenos meteorológicos intensos y poco predecibles, como sequías, heladas e inundaciones, que tienen un impacto directo en la producción de alimentos y en las poblaciones) y, por otro, la necesidad de industrializarse e incrementar el nivel de vida de sus habitantes (que suele traducirse en mayor impacto medioambiental) ponen en un dilema a naciones de regiones como Latinoamérica y el Caribe.
De acuerdo con el informe Creating Markets for Climate Business, de la Corporación Financiera Internacional (IFC), cerca de 80 % de la población de esta región vive en las ciudades, haciendo de esta la región más urbanizada del mundo.
Un área de oportunidad
Dicen que las crisis son oportunidades para quienes saben aprovecharlas. Para los países en desarrollo este podría ser el caso en esta coyuntura ya que, de acuerdo con el informe, hay siete sectores que pueden marcar una diferencia crucial a la hora de catalizar la inversión privada: la energía renovable, el almacenamiento de energía y la energía solar fuera de la red; los agronegocios, los edificios verdes, el transporte urbano, el suministro de agua y la gestión de residuos urbanos. Si bien, menciona, actualmente se destina más de un billón de dólares a inversiones en proyectos relacionados con el clima en estas áreas, se podrían mover varios billones más en la dirección deseada mediante la creación de condiciones comerciales en mercados emergentes.
Cada vez más gente en la región, especialmente el sector más joven, tiene conciencia ambiental y está proponiendo soluciones verdes para poder mantener un crecimiento económico y social al tiempo que se mitigan los efectos del cambio climático.
El potencial de América Latina es enorme. México, por ejemplo, cuenta con un potencial de 791 000 millones de dólares en inversiones ?climáticamente inteligentes? para 2030 (los sectores de energía renovable e infraestructura urbana sostenible ofrecen las oportunidades más notables). En Argentina, el potencial de 338 000 millones de dólares, mientras que en Colombia es de 195 000 millones de dólares.
De acuerdo con muchos especialistas, las ciudades son la mejor opción para sacar a la gente de la pobreza sin arruinar el planeta, gracias a que es más fácil administrar los recursos en una zona contenida.
La manera en la que crezcan las ciudades de la región será fundamental para alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático. En el sector de la construcción se pronostica que los edificios verdes aportarán 80 000 millones de dólares en oportunidades de inversión hasta 2025. Países como Colombia, Costa Rica, México y Perú recientemente adoptaron códigos de construcción verde. Como resultado, se espera que sus edificios nuevos consuman entre 10 y 45 % menos de agua y de energía.
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