Ingreso de los agricultores, seguridad alimentaria, y agua, entre los afectados.
Las pérdidas y el desperdicio de alimentos no sólo afectan a la seguridad alimentaria y la generación de ingresos, también hacen estragos en el medio ambiente, engullendo valiosos recursos de agua y tierra y contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero.
«Si la pérdida y el desperdicio mundial de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero y el mayor usuario del agua de riego», dijo Ren Wang en el segundo Congreso Internacional SAVE FOOD de Düsseldorf.
«La superficie de tierra utilizada para producir alimentos que nadie come, equivaldría al segundo país más grande en el mundo», añadió.
Abordar el problema de las ingentes pérdidas de alimentos en el mundo es clave para reducir el hambre y la pobreza, y los gobiernos y las empresas deben intensificar su colaboración en este tema, según señalaron los participantes en el evento internacional sobre pérdidas y desperdicio de alimentos.
Ren Wang, subrayó en su intervención que la coordinación efectiva entre todos los sectores puede suponer «una mejora real» en uno de los principales retos de la seguridad alimentaria del mundo.
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Urge coordinación
La pérdida de alimentos se produce principalmente durante las diversas etapas de producción: recolección, transporte y almacenamiento, mientras que el desperdicio ocurre normalmente a nivel del minorista y el consumidor, al final de la cadena de suministro alimentario.
Mientras que 842 millones de personas sufren de hambre crónica, cerca de 1,300 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año. La FAO calcula que los alimentos producidos, pero que nunca llegan a comerse, serían suficientes para alimentar a 2,000 millones de personas.
Incluso lograr reducir a la mitad el nivel actual de las pérdidas tendría un impacto enorme en el aumento previsto del 60 por ciento en la disponibilidad de alimento necesario para una población mundial que llegará a 9,000 millones en 2050.
«Puede conseguirse una ganancia enorme y esencial, y tenemos que hacerlo», dijo Wang. El Subdirector General hizo hincapié en que los gobiernos nacionales y las organizaciones públicas no pueden resolver el problema por su cuenta, pero deben trabajar para crear las condiciones correctas de inversión para que actué el sector privado.
«Sólo las personas que producen alimentos pueden reducir las pérdidas en una escala significativa», subrayó.
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