En el reino animal, muchas veces es mamá quien enseña a sobrevivir y a usar los instintos, dice una autora.
Las mamás animales son legendarias, desde la incesante atención que dedica la ballena jorobada a su cría hasta la minúscula rana venenosa de dardo, que llega a extremos para criar a sus indefensos renacuajos.
Como editora en jefe de la revista National Geographic Kids, Rachel Buchholz ha acumulado un tesoro de historias de amor maternal, y ha reunido las mejores en un nuevo libro titulado Amazing Moms: Love and Lessons from the Animal Kingdom.
El libro combina fotografías de madres y bebés acurrucados, jugando o en simple contemplación, con palabras de sabiduría de fuentes tan diversas como poetas, proverbios, y hasta presidentes.
Con motivo del Día de las Madres, National Geographic habló con Buchholz acerca de su fascinación con las mamás animales, y sobre las muchas maneras de ser madre.
¿Qué inspiró tu libro?
Me puse a pensar cuán es asombroso es que las madres mamíferos y reptiles hagan las mismas cosas que las madres humanas. Cuando eres mamá, todo lo que haces va dirigido a criar el mejor hijo posible.
En el libro hay una cita que dice: ?Cuanto mejor seas, más seguro es que, a la larga, no serás necesaria?. Y es muy cierto.
El trabajo de la mamá ?humana o de cualquier otro animal- es criar hijos que puedan protegerse y alimentarse solos, y abandonar el nido eventualmente.
¿Cuál es la mayor lección de maternidad que esperas compartir con este libro?
Las madres son maestras. Si eres un guepardo, tu mamá te enseña que las manchas te ayudan a esconderte. Las mamás chimpancés enseñan a sus hijos cuáles son los insectos que pueden comer, y cómo atrapar termitas.
Los animales nacen con instintos, eso es definitivo. Pero muchas veces es la madre quien los enseña a usar los instintos sabiamente, para que puedan sobrevivir por su cuenta.
Entonces, ¿madre es la que enseña a sobrevivir a las crías, aunque no sea la madre biológica?
Por supuesto. Dediqué el libro no solo a mi mamá, quien es súper importante en mi vida, sino también a una tía que hizo mucho por mí, y a mi abuela, mi suegra, y mi madrina, todas las mujeres que marcaron una diferencia enorme en mi vida. No tienes que ser madre biológica para inspirar a alguien.
Esto también es cierto en el mundo animal. Hay una lección en las manadas de elefantes [africanos]: los modelos a seguir de las crías no son solo las mamás, sino las abuelas, las tías, y las primas.
¿Cuál es tu historia favorita de una mamá animal?
La rana flecha roja y azul es mi predilecta. Esta rana lleva sus renacuajos en el lomo hasta plantas separadas para que naden en los pocitos que se forman en las hojas.
Sabe que sus renacuajos no pueden permanecer juntos, pues se comerían unos a otros, de manera que tiene que buscar una planta para cada renacuajo. Y luego, tiene que recordar en dónde está cada renacuajo.
La fotografía del libro es fabulosa, porque puedes ver a los renacuajos en el lomo de la mamá.
¿Qué fue primero, las fotos o las historias del libro?
En buena parte, las conductas animales fueron lo primero. [Un orangután] joven permanece con su madre durante seis o siete años, y las hembras incluso regresan a visitar a su mamá años después.
También quería contar historias inesperadas, como [la del] cálao grande de Célebes.
Es un ave que se pone sus huevos en un árbol hueco y sella la entrada con su propio excremento, a fin de esconderse de los lagartos monitores. ¡Eso es dedicación!
Las fotos también son asombrosas e inspiradoras. Me encanta la de la ballena jorobada que empuja a su cría hacia la superficie del mar. Y la del cocodrilo bebé en la boca de su madre. Creo que esa es mi favorita.
¿Por qué?
[Ríe]. El cocodrilo me recuerda un poco a mi mamá. Tiene un exterior muy duro. Pero solo está protegiendo a sus hijos.
Esta entrevista fue editada y condensada.