Científicos analizan no sólo el cambio en el lugar, sino la probabilidad de otro movimiento telúrico.
El terremoto que sacudió Nepal el sábado 25 de abril probablemente causó cambios permanentes en la superficie de la Tierra, y tal vez también haya ocasionado que el Monte Everest sea ahora un poco más alto ?o más bajo?, dicen los científicos.
Un equipo de especialistas del Sevicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) está trabajando en el problema ahora, pero necesita recuperar datos de una estación de GPS cerca del Everest en los próximos días, explica Kenneth Hudnut, geofísico que estudia los terremotos junto con el USGS en Pasadena, California.
Después de eso, datos nuevos empezarán a grabarse encima de la información del terremoto, borrando el material más detallado sobre qué tanto la estación se tambaleó hacia atrás y hacia adelante, hacia arriba y hacia abajo. En consecuencia, los geólogos están batallando para aumentar los recursos para reservar tiempo de helicóptero, o llevar la misión ?de a caballito?, a cuestas de los esfuerzos humanitarios programados.
Mientras tanto, Hudnut y sus colegas han estado analizando información satelital y sismológica sobre el terremoto del sábado 25 de abril, con una magnitud que se calcula en 7.8, con el propósito de entender mejor lo que sucedió y determinar la probabilidad de más terremotos en el futuro. Los modelos preliminares, que tendrán que ser afinados, sugieren que el Monte Everest y sus alrededores podrían haber sufrido desplazamientos de unos cuantos centímetros, tanto vertical como horizontalmente, expone Hudnut.
Eso satiriza un cálculo de James Jackson, geólogo de la Universidad de Cambridge en Inglaterra. En el Everest, ?se espera que el movimiento vertical sea inferior a 10 centímetros, y el horizontal lo mismo?, dijo Jackson a través de un correo electrónico.
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Otro lugar se movió dos centímetros al norte, un centímetro hacia el este, y nada en el plano vertical, añadió Jackson. Ese lugar, en el Tíbet, a 200 kilómetros al este del epicentro del terremoto, podría ser similar a lo que el Everest experimentó, señaló.
Concentrándose
Para una mirada más cercana, Hudnut espera recuperar información de una estación llamada SYBC en un valle a menos de 30 kilómetros desde el pico del Everest. Desde la estación ya no se están transmitiendo datos, debido al terremoto, los científicos tendrán que volar allá y descargarlos directamente.
Eventualmente se proporcionaría una mayor información, si es que alpinistas pueden inspeccionar la parte superior de la montaña con unidades de GPS de alta calidad.
?No sólo buscamos saber si el Everest se fue hacia arriba o hacia abajo; también estamos tratando de entender lo que la Tierra entera hizo, y la ciencia detrás del terremoto?, afirma Hudnut. ?Por ejemplo, queremos saber si el sismo puso tensión adicional en otras fallas localizadas en la zona, lo que podría conducir a futuros terremotos?.
Hudnut añade que la ciudad de Katmandú, que estaba más cerca del epicentro que el Everest y fue fuertemente dañada por el temblor, podría haber visto un movimiento de hasta un metro. Jackson dice que el movimiento de las rocas a lo largo de la falla próxima a la ciudad pudiera haber sido hasta de tres metros.
Con todo, eso no significa que la ciudad fuera simplemente desplazada en tal magnitud, advierte Jackson, porque la corteza de la Tierra se deforma en formas complejas e irregulares. Esto podría significar que las partes del suelo por debajo de la ciudad, o cerca de ella, se movieron una respecto a la otra.
¿A cambiar los mapas?
Cuestionado sobre si una nueva altura del Everest significaría cambios en muchos productos con mapas de National Geographic, el geógrafo de la sociedad Juan Valdés dice que está observando la ciencia de cerca.
National Geographic no depende de un solo organismo científico para obtener información, dice, sino que revisa los datos compilados por el mayor número posible de fuentes. En el caso del Everest, eso significa información proveniente de agencias en China, Nepal, Europa y más allá.
Los terremotos y otros fenómenos geológicos han cambiado los mapas de National Geographic con anterioridad, señala Valdés, desde movimientos en el suelo causados por sismos, hasta el surgimiento de islas nuevas, creadas por volcanes. Es poco probable que el movimiento experimentado en Katmandú aparezca en la resolución de los mapas de la sociedad, dice Valdés, pero está por verse lo relacionado con la altura del Everest.
La última vez que Valdés recuerda que hubo un cambio significativo en la altura de una montaña fue en enero de 2014, cuando un derrumbe masivo en Nueva Zelanda redujo la altura del Monte Cocine, de las medidas anteriores, 3,754 metros, a 3,724 metros. Una diferencia de 30 metros.
El hecho de que las montañas más altas del mundo puedan moverse ?demuestra lo dinámico que el planeta es realmente?, dice Valdés.