Jotus remus, la nueva araña saltarina de Australia, es la especie ?más sorprendente que he visto?, dice un experto.
Las arañas no acostumbran llevar pañuelo. Así que cuando un caballero de una especie australiana recién descubierta intenta llamar la atención de una dama, agita lo que tiene a mano: uno de sus remos.
El macho de Jotus remus, una araña saltarina del tamaño de una semilla de manzana, tiene una estructura extraña, con forma de corazón, en ambas patas terceras.
En un ritual muy peculiar, el ardiente macho se oculta en el reverso de una hoja y entonces, asoma cautelosamente un remo para que pueda verlo la hembra que se encuentra en el anverso. Según el estudio publicado el 7 de enero en la revista Peckhamia, los investigadores no saben de otra araña saltarina que realice un cortejo de ?cucú?, ni de alguna otra que tenga remos integrados en las patas.
Video: Jürgen Otto
David Hill, coautor del estudio y experto independiente en arañas, ha estudiado montones de especies, pero esta ?es la araña más sorprendente que he visto?, asegura. ?Es un animalito asombroso?.
Robert Matthews, entomólogo y profesor emérito de la Universidad de Georgia, señala que las arañas saltarinas son célebres por sus cortejos complejos y características llamativas. Sin embargo, la conducta de sacudir el remo, como hace la recién llegada, es ?realmente inusual? incluso en ese grupo extravagante, dice en un correo electrónico.
Sorpresa de acampada
La ciencia nunca se habría enterado de la existencia de la nueva araña y sus maniobras amorosas extrañas si, en 2014, Jürgen Otto se hubiera quedado en casa entre la Navidad y la víspera de Año Nuevo.
No obstante, Otto ?experto en ácaros a tiempo completo con el gobierno australiano, y erudito en arañas en su tiempo libre- decidió acampar a un parque nacional en las afueras de Sídney y por primera vez en su vida, dejó en casa, deliberadamente, la cámara que usa para retratar los bichos que reptan en los campos australianos.
?Necesitaba tomarme un descanso de fotografiar arañas?, explica.
Cuando regresó del viaje de acampada, Otto encontró una araña en su tienda. El animal no le pareció particularmente notable? hasta que vio las extrañas patas. Otto se rindió ante su destino.
Dos días después, condujo cuatro horas de vuelta hasta el sitio de acampada, se pasó casi todo el día revisando el lugar, y al fin encontró más arañas de aspecto raro. Las identificó como una especie nueva, Jotus remus, cuya segunda parte significa ?remo?, en latín.
?Juego extraordinario?
Pese a la abundancia de arañas para estudiar, Otto no lograba entender cómo usaban los apéndices a los que debían su nombre. Hechos de cerdas suaves y finas, los remos resultaban inútiles cuando saltaban o intentaban nadar.
Por fin, a Otto se le ocurrió juntar un macho con una hembra. Después de experimentar un poco, encontró que el macho hacía rebotar la hoja que ocupa la hembra y al mismo tiempo, sacudía sus remos de manera seductora.
A veces la hembra se abalanzaba contra el remo, ocasionando que el macho retrocediera. Sin embargo, Otto observó que las hembras no emparejadas dejaban de moverse al ver el apéndice. Y luego, cuando el macho se aseguraba de que su amada estaba completamente inmóvil, se escabullía a su lado de la hoja y se apareaba con ella en cuestión de segundos.
?Lo que hace es buscar una hembra que no ataque sus patas?, explica Otto quien, hasta ahora, no ha visto una hembra que devore un macho, si bien las damas son un poco más grandes que los caballeros y son ávidas cazadoras.
?Es un juego extraordinario?, agrega Otto. ?¿Quién iba a imaginar que las arañas son capaces de algo así??.