Observa la estrategia de la coneja cola de algodón, para salvar a sus crías.
La serpiente pitón asesina no tiene nada que ver con esta valiente conejita.
En un nuevo video de YouTube, una madre coneja cola de algodón, o rabo blanco oriental, descubre que una serpiente asedia a sus bebés y orquesta un ataque implacable.
Mientras la serpiente ratonera intenta escapar, la coneja repetidamente la embiste con feroces mordidas, y, rodando sobre su espalda, hace que el reptil se retuerza mientras intenta destriparlo, explica Dana Krempels, bióloga de la Universidad de Miami en Florida.
?¿No son lindos y tiernos??, ríe Krempels, quien ha rescatado y rehabilitado conejos durante 30 años. Para sorpresa de muchos, ?los conejos no son unos animalitos tímidos?, dice.
Las conejas madre son muy celosas de sus bebés. Débiles, lentos, y desvalidos, los conejos recién nacidos ni siquiera abren los ojos hasta casi una semana después de su nacimiento, por lo que son una cena fácil para muchos depredadores: comadrejas, ratas, gatos y, por supuesto, serpientes, por nombrar unos cuantos.
La serpiente del video, aparentemente filmada en algún lugar en el este de Estados Unidos, es una serpiente ratonera negra, una serpiente común, no venenosa, que exprime a sus presas hasta la muerte. Aunque la constrictora dio muerte a dos de los pequeños conejos, el tercero saltó lejos, aparentemente ileso.
Serpiente en la hierba
Para evitar que depredadores de estos se dirijan al nido, una coneja madre merodea las cercanías durante el día ?regresando únicamente al anochecer y al amanecer para alimentar a los cachorros.
Si uno se fija, al principio del video se escucha un ruido un poco chirriante: ?Es el bebé que quedaba vivo haciendo un llamado de alarma?, explica Krempels, y cuando la madre escucha el grito, llega a cobrar la factura.
La coneja madre no logró destripar la serpiente con sus patadas, pero no iba a dejarla escapar ilesa.
No se trata de venganza: su objetivo era tanto echar la serpiente fuera de su nido como herirla lo suficiente para que no pudiera regresar, explica Krempels.
En su mayoría, los conejos bebé son asesinados por depredadores cuando aún están en el nido, lo que los obliga a abandonarlo en tan sólo 10 a 12 días. Aun entonces, siguen alimentándose de su madre, por lo que permanecen cerca durante varias semanas más.
Por si alguien se lo pregunta, los padres cola de algodón no tienen ningún papel en la crianza ?o en la protección? de sus crías, dice Krempels: ?La relación de estos machos con las hembras es algo así como: ?Con permiso, señorita, muchas gracias??.
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