Especialistas buscan las razones del peligroso contagio.
La amenaza de un virus letal está sobre los pandas: desde diciembre son ya tres los osos que han muerto en China a causa de moquillo. El último de ellos, una hembra de nueve años llamada Xin Xin, falleció el pasado viernes y otros dos ejemplares están luchando por sobrevivir.
El corazón, el hígado, los riñones y los pulmones de Feng Feng están muy dañados a causa del virus, señala el centro de cría de Louguantai, cerca de la antigua ciudad imperial de Xian. "Su estado es bastante grave", dice su director, Han Xueli, sobre este panda gigante de cinco años. También Zhu Zhu, de 14, está infectada y hay otro par de casos sospechosos, aunque aún no se sabe cuántos animales están realmente afectados.
El peligroso virus mantiene en alerta a todas las reservas e institutos de investigación de osos panda en China. Alrededor de unos 400 ejemplares de estos mamíferos en peligro de extinción viven en centros de cría en los que, gracias a la reproducción asistida, se intenta aumentar su población. Pandas en libertad quedan sólo unos 1,600, la mayoría en las selváticas montañas de Sichuan, en el suroeste, o en Gansu y Shaanxi, en el noroeste.
"Es muy extraño que esta enfermedad afecte a pandas, normalmente se da en perros y animales salvajes", señala Han. No se sabe a ciencia cierta cómo estos devoradores de bambú llegaron a contagiarse, aunque se cree que pudo haber sido a través de otros animales contagiados que pudieran estar por la zona. "Los expertos siguen buscando las causas, pero todavía es pronto para extraer conclusiones", añade el experto.
El virus del moquillo se contagia principalmente mediante fluidos corporales, alimentos o agua. Cuando aparecen los primeros síntomas, como infección de las vías respiratorias, fiebre o pulmonía, las posibilidades de que un panda se salve se sitúan en torno a un 20 por ciento. Pero si el virus afecta ya al sistema nervioso, esas opciones se reducen a menos de un 5 por ciento.
Esta vez, el brote llegó de manera repentina. Los primeros síntomas no resultaban sospechosos, era difícil reconocerlos. "Quizá el virus haya mutado a lo largo de los años", explica Jin Yipeng, profesor de la Universidad Agrícola de China, citado por el diario "Huashangbao" en Xian. "Actualmente no se dispone de ningún tratamiento eficaz y, además, faltan medidas preventivas".
Los expertos están de acuerdo en que este brote de moquillo es peor que el último, que tuvo lugar a finales de los años 90 en Chongqing, en el suroeste de China. El centro de cría de pandas cerca de Xian, en el que habitan 25 ejemplares, está cerrado y los animales sanos fueron trasladados a otras estaciones. Tanto en la región como en otras áreas de cría de pandas se han reparado verjas y vallas y capturado a perros y gatos para evitar posibles contagios.
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