Las fotografías de icebergs y refugios de caza de Magda Biernat hacen un paralelo visual entre los humanos y el paisaje.
?Me gusta sentirme sorprendida, asombrada?, dice la fotógrafa Magda Biernat, cuya serie ?A la deriva? (Airdrift, en su título original en inglés) es resultado de un viaje de un año desde el Antártico hasta Alaska, el cual emprendió en 2003 con su marido, Ian Webster. Y es una ventaja que a Biernat le gusten las sorpresas, porque ?A la deriva? ?que presenta icebergs de la Península Antártica junto a refugios de caza inupiat monocromáticos, retratados en la ciudad más septentrional de Estados Unidos- es la culminación de muchos acontecimientos inesperados.
Tal vez te interese: La Alaska indígena se derrite, los esquimales deben huir
Biernat no tenía intención de enfocarse en el cambio climático cuando emprendió esta aventura de sur-norte que la llevó a cruzar 17 países. ?El objetivo que me había planteado era viajar a los extremos polares ?reconoce-. Pero durante el trayecto, me sentí atraída por otros temas, como las estructuras orgánicas e inorgánicas bajo la presión de un planeta que se calienta?.
Más tarde, mientras escaneaba la película expuesta en los primeros y los últimos días del viaje, se dio cuenta de que las formas de los icebergs correspondían a las formas de los refugios, localizados a unos 18,000 kilómetros al norte. ?Me impresionó lo bien que se reflejaban las formas de las estructuras artificiales y las estructuras naturales?, dice.
Con las imágenes de icebergs y refugios lado a lado, surgió una historia más relevante sobre la relación entre los humanos y el medio ambiente, y las amenazas que presentaba el calentamiento global. ?Las temperaturas en las regiones árticas y antárticas están aumentando dos veces más rápido que en cualquier parte del mundo?, señala Biernat. Para los inupiat, quienes dependen del espesor de la nieve y el hielo para sus viajes invernales, y de los patrones de migración de los animales que han cazado durante miles de años, los días más cálidos podrían señalar el fin de una forma de vida.
Tal vez te interese: Calentamiento global tambalea ecosistemas
Sin embargo, Biernat enfatiza que su trabajo no habla de catástrofes o desastres ambientales. ?Para mí, lo importante es atraer al espectador con la creación de algo bello ?explica-. A simple vista, no ves evidencia alguna del problema de calentamiento global, todo luce perfecto. Pero cuando sabes lo que está pasando, que los casquetes polares se están derritiendo, te preguntas, ¿por cuánto tiempo existirá esa belleza? Con suerte, estas imágenes apacibles harán que al espectador reflexione en lo que podemos perder?.
Cuando tomas fotografías de geografías extremas, las condiciones de trabajo pueden ser difíciles e imprevistas. En el Antártico, a donde sólo puedes llegar por barco durante los meses de verano, las olas determinaron las posiciones desde donde Biernat podía fotografiar. Capturó los icebergs a lo largo de 11 días, con tiempos de exposición muy cortos. En cambio, Biernat y Webster llegaron en avión a Barrow, Alaska, en pleno invierno, cuando el sol permanece por debajo del horizonte congelado. Tuvo que crear sus imágenes de refugios de caza parada con la nieve hasta la cintura, durante las dos horas de luz mortecina que le proporcionó una sola tarde; y los tiempos de exposición en su Mamiya 6 fueron de hasta dos minutos.
Tal vez te interese: Se alcanzan puntos críticos del calentamiento global
Biernat recuerda con humor los acontecimientos de sus cuatro días en Barrow, incluidas la subestimada falta de luz y las temperaturas de menos 26°C. ?Paseábamos por el pueblo con nuestras parkas amarillas del Antártico, y un joven inupiat nos observaba, como diciendo, ?¿Qué hacen esos dos extraños caminando por aquí? Nadie pasea en este pueblo, ¡hay osos polares!??. Así que recogió a la pareja en su camioneta y por casualidad, los llevó a dar un recorrido por la población de 4 mil habitantes, incluyendo los refugios de cazadores; después, los invitó a su casa para un almuerzo tradicional de carne de ballena y grasa de foca que sacó de un congelador gigante. Biernat atribuye la experiencia a la suerte y al aburrimiento. ?La gente no tiene mucho que hacer allí, así que fue como, ?Ah, bien, algo interesante; demos un paseo con este par de extraños??.
Tal vez te interese: En el Ártico, la carne es el objetivo
Las imágenes de ?A la deriva? abordan temas como hogar, hábitat, y desplazamiento, los cuales Biernat ha tocado en trabajos previos, aunque se distanciaron de esos otros proyectos en el proceso de postproducción. Alteró digitalmente los azules y grises del Ártico para darles consistencia. Y desaturó casi completamente los refugios de caza para representarlos en blanco y negro, a excepción de pequeños toques de color ocultos entre las estructuras, como el verde de una red de pesca.
?Siempre pienso en la relación entre mi fotografía comercial y mi trabajo personal ?explica Biernat, quien es fotógrafa arquitectónica de profesión, pero viaja regularmente con su marido en busca de inspiración artística-. Hay similitudes, dada la naturaleza de mis intereses: estructuras, viviendas, paisaje urbano, entorno construido, y su influencia en las sociedades globales?.
?Me fascina la forma como las personas habitan el espacio y cómo, a su vez, lo afectan?.
La diferencia es que, cuando hace fotografía arquitectónica comercial, Biernat muestra la ambientación del edificio, su relación con el entorno, y también la escala, por lo cual incluye personas en el cuadro. ?En mi trabajo personal, es casi lo contrario ?dice-. Intento separar el sujeto de la ambientación. Cuando aíslas las cosas, se hacen más notorias; se vuelven más especiales?.
?Al mostrar la belleza y la fragilidad del mundo natural ?agrega-, pretendo llevar la atención hacia los peligros muy reales que amenazan su existencia?.
Tal vez te interese: 18 fotos urbanas surrealistas sugieren que el futuro ha llegado
Si te interesa adquirir las fotografías del proyecto "A la deriva" de Magda Biernat, puedes visitar su página oficial en este enlace.