Está en peligro crítico de extinción por la pérdida de hábitat y la demanda como manjar.
Si alguna vez vadeas un río en China y pisas algo blandito, ten cuidado. Podrías estar parado sobre Andrias davidianus, el anfibio más grande de la Tierra.
Según los medios informativos chinos, eso es justamente lo que ocurrió la semana pasada, cuando un pescador descubrió una salamandra china gigante en una cueva de las afueras de la ciudad de Chongqing (mapa).
La publicación estatal People?s Daily Online precisó que el inofensivo monstruo pesaba 53 kilogramos y medía 1.4 metros de largo.
Como el pescador pensó que la salamandra estaba enferma, decidió contactar a las autoridades, quienes capturaron al animal y lo llevaron a una instalación para ?protección y estudio ulterior?.
Algunos informes noticiosos posteriores citaron a expertos anónimos afirmando que el animal podría tener más de dos siglos de edad, pero esos cómputos contradicen lo que muchos científicos saben de la especie.
?Es una salamandra grande, y crecen lentamente?, explica Theodore Papenfuss, herpetólogo e investigador de la Universidad de California, Berkeley. ?La más vieja de que he oído hablar tenía 50 años, y vivía en cautiverio?.
?Me parece que 200 años es una exageración?.
Un hallazgo raro
Aunque el animal no sea contemporáneo de la Batalla de Waterloo, su hallazgo es en extremo raro.
La salamandra china gigante, cuya población ha declinado 80 por ciento en las últimas décadas, está considerada en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Se desconocen sus cifras exactas.
La especie está emparentada estrechamente con otros dos colosos, la salamandra gigante del Japón, un poco más pequeña y la salamandra americana gigante, del oriente de Estados Unidos.
?Uno de los problemas principales que enfrentan las salamandras en China es que, tan pronto como las capturan, terminan en granjas de reproducción o se las comen?, dice Papenfuss.
Algunos chinos han empezado a criar miles salamandras para satisfacer la demanda. Y si bien las granjas de reproducción podrían beneficiar a las salamandras salvajes, pues proveerían a la industria con animales de cría, un estudio publicado este año previno que también podrían amenazar a los individuos salvajes al incubar y diseminar enfermedades.
Pese a su rareza, no es extraordinario encontrar una salamandra china gigante en la naturaleza, apunta Todd Pierson, herpetólogo de la Universidad de Georgia y explorador residente de National Geographic.
?No hay duda de que todavía existen Andrias davidianus salvajes, y muchas de las que aparecen, como esta, parecen provenir de cuevas?, informa.
Papenfuss agrega que, como los anfibios son cosechados intensivamente, es posible que las cuevas sean su último refugio.
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