El tiburón víbora fue identificado por primera vez en 1986 y es una especie de la que se conoce muy poco.
El tiburón víbora es uno de esos animales que seguramente sólo has visto en películas o en tus peores pesadillas, pero un grupo de científicos de un instituto de investigación en Taiwán logró capturar sin planearlo, cinco ejemplares de esta especie durante un estudio sobre peces que realizan con regularidad.
El tiburón víbora (Trigonognathus kabeyai) fue identificado y capturado por primera vez en 1936, y desde entonces solamente se habían visto algunos especímenes en muy raras ocasiones o por accidente.
¿Criatura de otro mundo o sólo un pez?
A pesar de que no se tiene mucha información sobre esta especie los investigadores pudieron identificarla gracias a sus las mandíbulas largas y estrechas, que contienen hileras de dientes en forma de aguja.
La poca información que se tiene de los tiburones víbora se obtuvo gracias a un estudio realizado en 2003, en el que examinaron cerca de 40 especímenes para determinar sus características físicas. Gracias a esta investigación, se pudo determinar que el tiburón víbora tiene una mordida potente y mandíbulas extensibles que le permiten alcanzar y atrapar a sus presas.
Los tiburones víbora son peces abisales, viven a profundidades de entre 270 y 360 metros, y raramente sube a la superficie. Para adaptarse a su entorno de oscuridad, estos peces tienen células en su piel que producen luz llamadas fotóforos, lo que probablemente les ayuda a cazar y aparearse. El tiburón víbora es un pez cartilaginoso, es por eso que su piel cuenta con dentículos dérmicos en vez de escamas, que le ayudan a alejarse rápidamente y en silencio.
Una especie enigmática
El tiburón víbora es una especie casi desconocida para los científicos. En el perfil del tiburón víbora elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) aparece clasificado como ?datos insuficientes?.
El tiburón víbora sólo ha aparecido en regiones del Océano Pacífico cercanas a las costas de Hawai, Japón o Taiwán; además son una especie escurridiza. Los investigadores creen que estos peces realizan migración vertical diaria, un patrón de desplazamiento común en los peces que habitan a grandes profundidades en el que migran hacia abajo durante la noche para obtener nutrientes, pero vuelven a la superficie durante el día para realizar fotosíntesis, además sus cuerpos angostos les facilitan escapar de las redes de pesca.
De acuerdo a informes de medios locales de Taiwán, uno de los cinco ejemplares capturados seguía con vida cuando fue sacado del agua y se pretendía estudiarlo, pero murió después de 24 horas de su captura.
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