Las arañas pavo real macho recurren a movimientos complejos, pero las hembras exigen más que eso.
Con nombres artísticos como Skeletorus y Sparklemuffin, las arañas pavo real macho montan un colorido espectáculo de percusiones y baile que no tiene comparación en el reino animal. Pero un nuevo estudio demuestra que el público al que está dirigido ?las hembras que pretenden conquistar- no se impresiona fácilmente.
Los nuevos hallazgos, publicados esta semana en Proceedings of the Royal Society B, resaltan los extremos a que llegan los machos de todo el reino animal cuando compiten por los afectos de una hembra.
Recién descrita, la conducta de cortejo de las arañas pavo real se cuenta entre las más exuberantes y complejas jamás observadas, un hecho que resulta mucho más sorprendente debido a su tamaño: el diminuto artista audiovisual mide menos de 5 milímetros de largo.
?La combinación de conductas complejas semejantes a las de un mamífero, su reducido tamaño, [y] los patrones de color [son] simplemente irresistibles?, afirma Jürgen Otto, biólogo de ácaros en el Departamento de Agricultura y Recursos Hidráulicos de Australia, cuyos innovadores videos de aficionado brindaron a un extenso auditorio humano las primeras imágenes de arañas pavo real. ?Es difícil no obsesionarse con ellas?.
Cuando un macho cree haber detectado una hembra adecuada, ?el mundo se desvanece para él?, dice Michael Kasumovic, uno de los coautores del estudio, en la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. En ese momento, el arácnido inicia una serie de danzas ?que incluyen movimientos que los científicos han llamado ?sacude-trasero? y ?frena-y-reversa?- las cuales, literalmente, envían buenas vibraciones a la hembra a través del suelo.
Una vez que llama su atención, el macho despliega su aleta abdominal de brillante colorido y luego, avanza y retrocede pavoneándose, mientras sacude frenéticamente unas patas largas de color especial. (Lee: Animales que fingen estirar la pata)
Lo que quiere una mujer
Por supuesto, se necesitan dos para amar y los investigadores no sabían, exactamente, cómo participaban las hembras ni cómo respondían al ritual. ¿Qué buscaban las damas en un pretendiente trémulo y ostentoso? ¿Y cómo influían los colores del macho en la búsqueda de pareja?
Para averiguarlo, la estudiante doctoral Madeline Girard, de la Universidad de California en Berkeley, viajó a Sídney, Australia y reunió 64 parejas de arañas pavo real de la especie Maratus volans, asegurándose de que cada par consistiera en un macho y una hembra virgen. Depositó cada dúo en lo que Kasumovic denomina una ?arena de cortejo?, un recinto rodeado de cámaras donde el suelo estaba hecho con una pantimedia estirada.
La instalación casera permitió que Girard detectara las danzas vibratorias y los sacudimientos de las patas de los machos M. volans, mientras registraba la respuesta de las hembras.
El equipo encontró que las hembras no se rendían, automáticamente, a la galantería de los machos, sino que se acercaban o alejaban de ellos durante las vibraciones iniciales, dependiendo del interés. De hecho, algunas hembras manifestaban respuestas más agresivas y rechazaban a los machos sacudiendo sus abdómenes rápidamente; o algo peor. ?Si no les gusta un macho, se lo comen?, revela Kasumovic.
Las hembras solo aceptaron 16 de las 64 danzas de cortejo. En esos contados casos, Girard determinó que el aspecto del macho era dos veces más importante que sus movimientos de danza, aunque dice que cada factor desempeña un papel ligeramente distinto para despertar y mantener el interés de la hembra.
Quizás no deba sorprender que esta especie de arácnidos dependa del elemento visual. Las arañas pavo real tienen un excelente sentido de la visión, agudizado por la necesidad de acosar y luego, saltar sobre su presa sin ayuda de una telaraña.
Varios investigadores han celebrado el estudio porque demostró, explícitamente, que ?todas esas locuras ?masculinas? han evolucionado por la preferencia de las hembras para aparearse con machos que hacen exhibiciones de cortejo coloridas y complejas?, dice Marie Herberstein, de la Universidad Macquarie de Australia, quien no participó en el estudio. ?Este nexo rara vez se establece de manera directa?.
No obstante, hay más interrogantes. No queda claro qué buscan las hembras en los patrones coloridos de los machos. Y persiste el misterio de cómo fue que las arañas pavo real se volvieron tan ostentosas. ?¿Todo esto empezó con la danza y después siguió el color??, cuestiona Herberstein. ?¿O acaso el color, el movimiento y la vibración evolucionaron simultáneamente??.
De lo que no hay duda es que, tratándose de sexo, las arañas pavo real macho tienen un imperativo de vida o muerte para escuchar a sus parejas.
?Las hembras tienen un control increíble en todo el asunto?, dice Kasumovic. ?Si el macho no presta atención a su retroalimentación, no solo fracasará; muy probablemente morirá?.