El controvertido comercio de anfibios criados en terrarios para la obtención de recursos y conservación de especies.
Desde hace tres años, la compañía Wikiri ha exportado 2,000 ranas ecuatorianas, con el objetivo de obtener recursos para la investigación medioambiental. Proyecto cuestionado por algunos, mientras los anfibios han llegado a países como Alemania, Holanda, Japón, Canadá y Estados Unidos, donde se utilizan como mascotas.
Según dijo María Dolores Guarderas, gerente de Wikiri, "no se recogen las ranas de la selva y se les vende". Hay un proceso "parenteral" por el que únicamente los nietos de las ranas, reproducidos en terrarios, pueden comercializarse.
A estas especies se les denomina F2 y "son las únicas que la legislación ecuatoriana permite comercializar", advierte Guarderas. Los ingresos de la venta se invierten en investigación sobre anfibios en el Centro "Jambatu", financiado por la empresa. Allí hay varios laboratorios en donde se reproducen cinco especies de ranas que están fuera de peligro de extinción.
Y es que una de las ideas de Wikiri es recuperar las ranas que existían en los amplios patios de las casas de Quito y otras ciudades ecuatorianas, y reintroducirlas en los jardines.
En Ecuador, según el investigador Luis Coloma, existen 528 especies de ranas. En el centro "Jambatu" se han estudiado 40, cinco de las cuales se comercializan.
Para ser exportados, los anfibios son colocados en gavetas individuales que van en un contenedor con materiales que conservan la humedad.
En tres años de actividad, "Wikiri" ha facturado ventas que llegan al medio millón de dólares. "A través de las personas que se llevan estas ranas, este pedacito de selva a sus casas, queremos fortalecer la identidad del Ecuador como una país megadiverso", afirma Guarderas.
Las cinco especies de ranas que se comercializan son todas nativas del Ecuador: el sapo bocón del Pacífico, la rana marsupial andina, la rana diablito, la rana mono del Chocó y la rana Chahi.
Sin embargo, este biocomercio, como lo define Wikiri, no siempre es bien visto por quienes trabajan con mascotas.
Miguel Jácome, gerente de la fábrica de terrarios Valhalla Fish, considera que no es aconsejable la venta de anfibios pues, según dijo "en el Ecuador están en un 90 por ciento en peligro de extinción".
Ecuador es el país con mayor biodiversidad de Sudamérica. Los científicos calculan que allí habitan un millón de especies de animales de las que únicamente se han estudiado 35,000.