Hay una nueva explicación para el ágil movimiento de las víboras en gran variedad de terrenos.
Unos científicos han encontrado una explicación sorprendente para el ágil movimiento de las serpientes: una capa de lubricante graso, increíblemente delgada, incrustada en las escamas.
El hallazgo no solo explica la escalofriante habilidad de los reptiles, también apunta al desarrollo de nuevos lubricantes y recubrimientos industriales, por no hablar de las mejoras de diseño para robots inspirados en serpientes.
?¿Recuerdas las competencias de cerdos ensebados en las ferias rurales??, pregunta Joe Mendelson, herpetólogo del Zoológico de Atlanta, quien no intervino en el estudio. ?Estos hombres acaban de demostrar que las serpientes son como cerdos auto-ensebados?.
Por divertido que parezca imaginar a una víbora resbalando, el descubrimiento es un gran paso para explicar qué hacen las serpientes cuando deslizan suavemente sus cuerpos sin extremidades sobre el terreno.
Son capaces de trepar árboles, escabullirse por el desierto calcinante, nadar y hasta ?volar?, planeando de rama en rama por los árboles.
Pero ninguno de esos movimientos asombrosos sería posible si sus escamas exteriores ?producto de millones de años de evolución- no pudieran resistir la paliza.
No obstante, hasta ahora, nadie ha podido explicar una de las características más evidentes de las escamas de serpiente: ¿Por qué las escamas del vientre son mucho más resbalosas y lisas que las del lomo?
No debe sorprender que las escamas del vientre sean resbalosas y lisas, ya que no pueden quedarse atoradas en los obstáculos. (Lee: ¿A qué se debe el complejo diseño en las serpientes?)
Sin embargo, cuando los investigadores examinaron las escamas bajo microscopios de alta potencia, no lograron distinguir diferencias estructurales entre las escamas del vientre y las del lomo, lo que sugería que cualquier cosa que volviera resbaloso el vientre tenía que ser un recubrimiento superficial de algún tipo. Pero, ¿de qué estaba hecho?
Escurridizo
Para averiguarlo, el líder del estudio, Joe Baio, ingeniero químico de la Universidad Estatal de Oregón, hizo equipo con Tobias Weidner, del Instituto de Polímeros Max Planck, en Alemania, y juntos examinaron minuciosamente pieles mudadas de serpientes rey de California (Lampropeltis getula californiae).
Para ello, iluminaron con láseres toda la superficie de las pieles. El objetivo era observar cómo se reflejaban y dispersaban los rayos en las moléculas superficiales de las escamas, técnica que normalmente se utiliza para inspeccionar componentes microelectrónicos.
?Fue una locura?, recuerda Baio. ?Todos aquellos físicos nos vieron entrar con escamas de serpientes y nos miraron, como diciendo: ?¿Qué hacen aquí esos tipos???.
Cuando combinaron sus escaneos con otras pruebas, los investigadores encontraron que habían detectado una capa delgadísima de lípidos (cadenas de carbohidratos que componen las grasas) cubriendo el exterior de las escamas.
Según el estudio, publicado el 9 de diciembre en Journal of the Royal Society Interface, ese recubrimiento tiene apenas unos nanómetros de espesor, es decenas de miles de veces más delgado que un cabello humano.
Es más, parece que la serpiente rey usa dos lubricantes distintos en el vientre y la espalda, pues los lípidos de las escamas ventrales forman una capa mucho más resbalosa y ordenada que los de la espalda; un truco químico que hasta los ingenieros profesionales pasan las de Caín para lograr, según los autores.
?Secretitos de la naturaleza?
Pero si las serpientes han ensebado sus cuerpos durante mil millones de años, ¿por qué no nos habíamos dado cuenta?
A diferencia de otros animales ?como los caracoles de tierra, que alisan su camino segregando y dejando senderos de lubricante húmedo-, el lubricante de las serpientes permanece incrustado en las escamas, formando una capa resbalosa y duradera, parecida a la que mantiene lubricadas y flexibles nuestras articulaciones.
Y ya que el lubricante serpentino no se desprende, las personas que manipulan serpientes no se dan cuenta de que existe.
Como la serpiente rey de California no es particularmente rara, el equipo confía ?aunque con cierta cautela- en que sus resultados podrán confirmarse en muchas otras especies de serpientes.
Baio sospecha que distintas serpientes producen versiones de lubricantes específicas para su especie.
Entre tanto, los investigadores están muy emocionados con la posibilidad de reproducir el recubrimiento resbaloso usando materiales artificiales.
Por ejemplo, si logran replicarlo en el laboratorio, el lubricante serviría para que los robots de rescate operen más exitosamente o para mejorar pinturas de siguiente generación.
?La naturaleza resolvió el misterio hace millones de años?, dice Weidner. ?Podemos tratar de entender sus secretitos?.
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