Se alimenta de madera y se extiende sobre la tierra hasta adquirir la forma de ‘dedos de zombie’: así es el Xylaria Polymorpha.
Habita en las profundidades de las áreas boscosas de América. Nace de árboles lesionados o de la podredumbre de los troncos caídos: le gusta la descomposición. Sin embargo, es un hongo primaveral que aguanta los fríos de otoño. Alargado y vertical, cambia de forma y color conforme alcanza la madurez. Eventualmente, simula los dedos de un muerto, emergiendo de la tierra para agarrar algo de vida: así es la Xylaria polymorpha.
Un habitante del bosque muy versátil
Este hongo recibe su nombre científico del género Xylaria, que cuenta con más de 100 especies cosmopolitas. Por otra parte, polymorpha hace referencia a la gran variedad de formas que puede adoptar a lo largo de su vida. Se trata, además, de un hongo saprofito, e lo que quiere decir que depende de otros organismos para sobrevivir.
En el caso de este hongo en específico, disfruta de nutrirse de elementos en descomposición en el entorno. Generalmente, se le puede encontrar entre las áreas forestales de México, Nicaragua y particularmente en Estados Unidos. Es fácilmente identificable por su estroma alargado, que se asemeja a pedazos de madera quemada.
En algunos casos, toma una coloración verde pálida que recuerda a las extremidades de un cadáver, que se extienden hacia arriba buscando regresar de su entierro perpetuo. De manera general, tienen de cuatro a ocho ascosporas, el mecanismo que utilizan para su reproducción sexual.
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Un hongo de ultratumba
A diferencia de otros especies del Reino fungi, este hongo se caracteriza por tener un crecimiento lento y pausado. A lo largo de los meses, sus colores cambian a diferentes matices blanquecinos, hasta que llega a la culminación de su vida. Sólo entonces alcanzan los 3 centímetros de diámetro, y se alzan sobre la tierra otros 10.
Además de tener una apariencia grotesca, el Xylaria polymorpha no es un hongo comestible. Por el contrario, se asienta muchas veces en materia orgánica muerta. Generalmente, crecen en espacios ricos en nutrientes en descomposición, y alcanzan tonalidades de café grisáceo, azul o verde. Por esta razón, coloquialmente se le conoce como «hongo dedos de muerto«.
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