Desde 1980 el número de personas con diabetes casi se ha cuadruplicado. La prevalencia de la enfermedad está aumentado en todo el mundo, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Todos los tipos de diabetes pueden provocar complicaciones en diversas partes del organismo e incrementar el riesgo de muerte prematura.
Aunque las causas de este incremento son complejas, este se debe en parte al aumento del número de personas con sobrepeso u obesidad y a la inactividad física generalizada.
442 millones de adultos tienen diabetes actualmente.
¿Qué es la diabetes tipo 1?
En la diabetes tipo 1 el páncreas pierde su capacidad de fabricar la hormona insulina porque el sistema inmunitario ataca y destruye las células del páncreas encargadas de fabricar esta hormona.
Sin la insulina, hay un exceso de glucosa que permanece en la sangre. Con el tiempo, los altos niveles de glucosa en la sangre pueden causarle problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, las encías y los dientes.
Varios factores pueden contribuir a la diabetes tipo 1. Algunos pueden ser la genética y ciertos virus. Si bien la diabetes tipo 1, por lo general, aparece durante la infancia o la adolescencia, también puede comenzar en la edad adulta.
Los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 pueden ser estos:
- Aumento de la sed
- Necesidad de orinar a menudo
- Incontinencia urinaria en niños que anteriormente no mojaban la cama durante la noche
- Hambre extrema
- Adelgazamiento no intencional
- Irritabilidad y otros cambios de humor
- Fatiga y debilidad
- Visión borrosa
¿Qué es la diabetes tipo 2?
En la diabetes tipo 2 el páncreas aún puede seguir fabricando insulina. Sin embargo, el cuerpo no responde a esta hormona con normalidad. La glucosa es menos capaz de entrar en las células y de desempeñar su función de proporcionar energía.
Este es un problema conocido como resistencia a la insulina, que aumenta la concentración de azúcar en sangre. Por lo que, el páncreas debe trabajar más duro para fabricar más insulina.
Con el paso del tiempo, este esfuerzo excesivo acaba agotando al páncreas, que deja de fabricar suficiente insulina para mantener las concentraciones de azúcar en sangre dentro de la normalidad.
Más común en los adultos, la diabetes de tipo 2 afecta cada vez más a los niños, debido al aumento de la obesidad infantil.
Estudios de gemelos han demostrado que los factores genéticos desempeñan un papel importante en el surgimiento de la diabetes tipo 2.
A menudo, los signos y síntomas se manifiestan de forma lenta. De hecho, puedes tener diabetes de tipo 2 durante años y no saberlo.
Estos son algunos de los síntomas:
- Aumento de la sed y micción frecuente. El exceso de azúcar que se acumula en el torrente sanguíneo hace que se extraiga el líquido de los tejidos. Esto puede provocarte sed. Como resultado, probablemente bebas, y orines, más de lo habitual.
- Aumento del apetito. Sin la insulina suficiente para trasladar el azúcar a las células, los músculos y los órganos se quedan sin energía. Esto desencadena hambre intensa.
- Adelgazamiento. A pesar de comer más de lo habitual para aliviar el hambre, tal vez adelgaces. Sin la capacidad de metabolizar la glucosa, el cuerpo usa combustibles alternativos almacenados en los músculos y la grasa. Pierdes calorías al liberar el exceso de glucosa en la orina.
- Visión borrosa. Si el nivel de azúcar en sangre es demasiado alto, puede extraerse el líquido del cristalino de los ojos. Esto puede afectar tu capacidad para enfocar con los ojos.
- Llagas que tardan en sanar o infecciones frecuentes. La diabetes de tipo 2 afecta tu capacidad de sanar y de resistir a las infecciones.
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