La búsqueda de una cura para esta enfermedad ha sido controversial, pues existen diversas especulaciones sobre su tratamiento.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, actualmente poco más de 55 millones de personas padecen algún tipo de demencia. Siendo el Alzheimer la forma más común, representando entre un 60% y 70% de los casos.
En julio del 2022, la revista Science informó sobre posibles datos fabricados en un documento clave para la investigación sobre el funcionamiento de este tipo de demencia senil. En ella se identificó un subtipo de proteína cerebral llamada beta amiloide como la causa principal del Alzheimer.
Un año antes, en junio del 2021, la FDA en Estados Unidos autorizó la venta del Aducanumab, un fármaco que busca frenar la formación de beta amiloide en el cerebro. Matthew Schrag, neurocientífico de la Universidad de Vanderbiltque, afirma que los datos que apoyan su uso son incompletos y contradictorios para aprobar su comercialización.
La neurología se ha dedicado a crear nuevos tratamientos para el Alzheimer, previniendo la reproducción de beta aminores. A pesar de la dedicación al estudio de las proteínas anormales, no ha resultado en el desarrollo de medicamentos o terapias efectivas.
Surge una urgente necesidad de adoptar un enfoque innovador para abordar el Alzheimer en la neurociencia.
Ante esta preocupación, en el Instituto Occidental de Toronto se teoriza una nueva concepción sobre esta enfermedad. Tras 30 años de investigación, los científicos han dejado de concebir la demencia como una enfermedad neuronal, tratándose en realidad de un trastorno del sistema inmunológico dentro del cerebro.
El sistema inmunitario, presente en todos los órganos del cuerpo, constituye una compleja red de células y moléculas que cooperan para reparar lesiones y resguardar contra invasores externos.
Así como el sistema inmunológico se encarga de regenerar heridas o combatir infecciones virales, el mismo proceso existe en el cerebro.
En este nuevo estudio, la beta amiloide se origina con normalidad y forma parte del sistema inmunológico del cerebro.
Cuando se produce un traumatismo craneal o hay bacterias presentes en el cerebro, esta proteína contribuye a la respuesta inmunitaria del cerebro.
Debido a las similitudes entre las moléculas de grasa en las membranas de las bacterias y en las células cerebrales, la beta amiloide no puede distinguirlas entre sí. Como resultado, ataca por error a las células cerebrales que debería proteger. Este proceso conduce a una pérdida progresiva de la función cerebral, que eventualmente resulta en demencia.
Cuando el sistema inmunológico dirige un ataque contra el mismo órgano que debería proteger, el Alzheimer surge como un trastorno autoinmune.
Aunque los fármacos utilizados para tratar enfermedades autoinmunes no son efectivos contra el Alzheimer, las investigaciones abren paso a nuevos enfoques terapéuticos para esta enfermedad.
Este texto fue escrito por Ana Paola Martínez, periodista mexicana entusiasta hacia temas de índole social. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
Algunas bacterias intestinales podrían ser responsables de la ceguera hereditaria
‘All of Us’: Así es el programa que visibiliza la diversidad genética
“Adiós al calor”: Deshidratar la estratosfera, la nueva propuesta para combatir el cambio climático
Te contamos la historia de cómo Estados Unidos llegó a proclamar al cuarto jueves de noviembre como el Día de…
Los cabellos grises simbolizan el paso del tiempo, pero su origen se relaciona con más factores que solo la edad.…
La segunda luna de la Tierra está por partir para continuar su viaje cósmico. Antes de que lo haga, te…
Desde que el telescopio espacial James Webb ayudó a visualizarlos, los primeros agujeros negros supermasivos han sido todo un enigma.…
Con esto, los lobos etíopes se convierten en los primeros polinizadores carnívoros, de gran tamaño, de los cuales se tiene…
Las primeras bombas nucleares pusieron en marcha el Reloj del Apocalipsis. Desde entonces, sus manecillas se han movido, anunciado una…