El ayuno intermitente ha cobrado relevancia en los últimos años gracias a sus posibles beneficios en la salud.
Dentro de la variedad de dietas y hábitos alimenticios, el ayuno intermitente es el favorito de muchas personas gracias a su practicidad. Entre los testimonios de sus ventajas, destaca la pérdida de peso, una mejora en el metabolismo y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas.
¿Qué es el ayuno intermitente?
Consiste en un plan alimenticio que alterna períodos de ayuno y de alimentación. En lugar de centrarse en qué tipo de alimentos comer, se enfoca en cuándo comerlos. Numerosos estudios han indicado que practicar el ayuno puede brindar beneficios para la salud.
Mark Mattson, neurocientífico de Johns Hopkins, afirma que nuestros cuerpos han evolucionado para resistir largos períodos sin comida.
En la prehistoria, cuando los humanos eran cazadores y recolectores antes de aprender a cultivar, adaptaron su capacidad para sobrevivir sin alimentarse. La caza y recolección demandaban gran tiempo y energía, por lo que era necesario habituarse al ayuno prolongado.
Su popularidad en el siglo XXI derivó de una gran cantidad de publicaciones y recomendaciones en diversos medios. Un claro ejemplo fue el best seller «The Fast Diet», que aborda los beneficios de restringir la ingesta de alimentos durante dos días a la semana.
¿Cómo funciona?
Una vez que se agotan las reservas de glucógeno a partir de la falta de alimentos, el cuerpo comienza a quemar grasa para obtener energía. Además, el ayuno puede dar paso a la autofagia, un proceso celular que ayuda a eliminar componentes celulares dañados.
Hay varios métodos de ayuno intermitente y cada uno tiene su propio enfoque y duración.
Uno de los patrones más comunes es el 16/8, donde se ayuna durante 16 horas al día y se limita la ventana de alimentación a 8 horas.
Otro método popular es el de 24 horas, donde se ayuna durante un día completo, consumiendo sólo agua, té, café u otras bebidas sin calorías, y luego se vuelve a comer normalmente al día siguiente. Se puede realizar una o dos veces por semana.
El protocolo 5:2 implica comer normalmente durante cinco días a la semana y restringir la ingesta calórica alrededor de 500-600 calorías en los otros dos días.
Además de estos métodos estructurados, algunas personas practican el ayuno intermitente de manera espontánea, saltándose comidas cuando no tienen hambre o cuando es conveniente para su horario.
Posibles efectos en la salud
El ayuno intermitente puede ofrecer una serie de beneficios potenciales para la salud. Logra ser una estrategia eficaz para la pérdida de peso. Al reducir la ventana de tiempo en la que se permite comer, ayuda a limitar la ingesta total de calorías y promover la quema de grasa.
Otro aspecto destacado del ayuno intermitente es su potencial para reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Hay evidencia que sugiere que puede ayudar a prevenir o controlar enfermedades como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas, el Alzheimer y ciertos tipos de cáncer. Algunos estudios han sugerido que podría aumentar la longevidad, aunque se necesita más investigación para confirmar este efecto en humanos.
En términos de salud cerebral, puede tener impactos positivos al mejorar la función cognitiva, proteger contra enfermedades neurodegenerativas y reducir el riesgo de depresión.
Sin embargo, es importante recordar que los efectos del ayuno intermitente pueden variar según la persona, y no es adecuado para todos. Antes de comenzar cualquier régimen de ayuno, especialmente en condiciones médicas preexistentes, es fundamental buscar orientación médica.
Este texto fue escrito por Ana Paola Martínez, periodista mexicana entusiasta hacia temas de índole social. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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