De acuerdo con datos de The Lancet, en los últimos 30 años se ha presentado un aumento significativo en enfermedades relacionadas a la salud cardiovascular y renal, así como el desarrollo del cáncer y diabetes.
Ante esta situación, se han descubierto diversos lugares donde hay una alta proporción de adultos mayores que muestran una favorable salud física y mental.
El estudio AKEA revela la existencia de una “Zona Azul”, donde los habitantes en áreas montañosas del Centro-Este de Cerdeña habían alcanzado mayor longevidad en comparación al resto de la isla, siendo una de las regiones con mayor esperanza de vida en el mundo con 22 personas que superan los 100 años por cada 100 mil habitantes.
Además de Cerdeña, se han identificado otras zonas azules en Icaria, Grecia; Okinawa, Japón y Nicoya, Costa Rica.
Estas comunidades comparten una sana alimentación, el bajo consumo de ultraprocesados, un manejo reducido en los niveles de estrés y la constante actividad física.
La clave está en la dieta
Cada región considerada “Zona Azul” tiene una dieta específica, pero coinciden en el consumo de alimentos como frutas, verduras y legumbres cultivadas localmente.
En el caso de Okinawa, un alto consumo de flavonoides, compuestos presentes en la soya y verduras, se relaciona con la prevención de accidentes neurovasculares y enfermedades cardiacas.
En Nicoya, el consumo de arroz y frijoles se ha asociado con un aumento en la longitud de los telómeros, encargados de proteger el material genético que se acortan progresivamente a medida que envejecemos.
Los productos de origen animal tienen también un lugar en la dieta de las personas de estas comunidades. Volviendo a Cerdeña, la carne y el pescado se consumen con moderación.
De igual forma, se considera benéfico el consumo de aceite de oliva, así como el vino tinto y el té sin endulzantes. Todos éstos contienen antioxidantes que ayudan a proteger las células dañadas con el paso del tiempo.
Comer mejor para vivir saludable
Existe un control de reducción calórica parcial entre los habitantes de zonas azules, pues se ha detectado el patrón de comer hasta sentirse lleno en un 80%
Estas dietas además de evitar enfermedades crónicas y degenerativas, pueden proteger la microbiota intestinal, que también está asociada con un envejecimiento saludable.
El estilo de vida de las zonas azules no es exclusivo y puede ser adaptado al consumo diario de cualquiera que deseé una buena salud.
En un mundo donde 11 millones de personas mueren al año debido a una mala alimentación, vale la pena tomar la decisión de consumir una dieta rica en nutrientes desde temprana edad y así garantizar una vida saludable.
Este texto fue escrito por Ana Paola Martínez, periodista mexicana entusiasta hacia temas de índole social. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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