Florida enfrenta una invasión sin precedentes de iguanas y otras 15 especies de reptiles que amenazan a la flora y fauna local.
Acostadas en las aceras. Escalando la infraestructura pública. Dormidas bajo el rayo cálido del sol de la costa este de Estados Unidos. Nunca antes en la historia de Florida se había enfrentado una invasión incontrolable de iguanas que representara un problema para la fauna local. Después de semanas, las autoridades locales no saben qué hacer al respecto.
Un invasor muy poco agresivo
Rara vez las iguanas se meten con los seres humanos. Disfrutan de comer ciertos frutos pequeños y hojas, ya que son animales folívoros. De manera general, escogen hábitats que superen la temperatura media de 28ºC, ya que son reptiles de sangre fría. Pastizales, selvas, manglares y lugares cercanos al mar son idóneos para su desarrollo en libertad.
Florida es quizá el mejor escenario en Estados Unidos para una invasión de iguanas. El problema ha cobrado dimensiones tales, que la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC) decidió prohibir la venta y posesión de 16 tipos de reptiles. De todas estas especies, su mayor preocupación son las iguanas verdes y lagartos tegus, ya que están amenazando la fauna local.
Desde finales de marzo, los dueños de iguanas tienen un plazo de 180 días para acatar las nuevas regulaciones impuestas a nivel estatal, que exigen recintos de hormigón para reptiles al aire libre.
Daños profundos a la fauna local
No es la primera vez que el estado de Florida prohibe la comercialización de estos reptiles inofensivos. Por el contrario, los dueños de la industria temen una caída estrepitosa de sus ingresos por los parámetros más estrictos que están exigiendo las autoridades. Ante el daño ecológico que están causando, no tienen otra opción.
Robert Spottswood, comisionado de la FWC, señaló el riesgo de permitir la proliferación de iguanas y tegus, a pesar de los estragos que puedan causarle a los empresarios dedicados a su compraventa:
“Estos animales están haciendo mucho daño. Depende de nosotros abordarlo y hacer algo. Puede que esto no sea perfecto, pero es lo mejor que he visto hasta ahora”, sostuvo el funcionario.
El daño que la FWC ha registrado se extiende a las playas y a lagos. Se ha registrado una alza en personas que migran de Florida hacia otras partes del país para evitar el contacto con estos animales, así como por los daños al medioambiente que están causando, casi de manera irremediable.
Aunque las medidas se aplicarán de manera progresiva y paulatina, los altos mandatarios de diversos criaderos ya están mostrando resistencia. En caso de que el problema se vuelva aún más complicado, las autoridades consideran dar licencias especiales a los ciudadanos para cazarlas, tal y como sucedió en Australia con los gatos ferales que amenazan a la fauna local.
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